sábado, 24 de noviembre de 2012

La casa por el tejado.

Dicen que basta 72 horas seguidas sin dormir para que nuestro cerebro empiece a reiniciarse, dicen que las personas que duermen menos de 4 horas al dia empiezan a perder el juicio. Cualquiera que me conozca sabe que yo no necesitaba no dormir, la locura venía marca de la casa pero si creemos lo que dicen, mi locura empezaba un Jueves 21 de Agosto de 2008. Un dia como cualquier otro. Un dia aburrido, la verdad, no paso nada. Vi la tele un rato y poco mas pero bueno, también en la televisión salen todos los vecinos diciendo "Paracia muy normal, saludaba siempre muy amable" despues de un triple crimen...los caminos del cerebo siempre se me han escapado...El caso es que esa noche la pasaba en el piso de abajo, mi hermano estaba de viaje e invadí su territorio. Tras ver una pélicula y jugar a la play llegaba el momento de dormir...o al menos debería. Ese día saltó el clic, no podía dormirme. Tras varias horas comiendo techo comencé a caminar por el piso y como no...ironía de la vida, encontre "El sueño de una noche de Verano" en la tercera estantería empezando por la izquierda, en el segundo estante, era el quinto libro empezando por la derecha.

Terminé ese libro esa misma noche, os lo recomiendo, es bastante cortito. Como la ironía es la nota dominante esa misma noche encontré sin querer "Romeo y Julieta" pero no quería hablar hoy de esto...

Desde ese día decidí dedicar esas multiples noches en vela a la lectura de clásicos. En mas de cuatro años ha habido una parte de una obra que es la que mas veces he repetido y con las que mas veces he soñado. Os la dejo por si quereis leerla...me he permitido algun cambio con todos los respetos a Gustavo Adolfo...despues de tantas veces vista, uno se toma ciertas confianzas...sin mas, sin comentarios chistosos, deseo que os guste:

Leyenda

"Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir cualquier cosa con este título. Hoy, que se me ha presentado ocasión, lo he puesto con letras grandes en la primera cuartilla de papel, y luego he dejado a capricho volar la pluma.
Yo creo que he visto unos ojos como los que he pintado en esta leyenda. No sé si en sueños, pero yo los he visto. De seguro no los podré describir tal cuales ellos eran: luminosos, transparentes como las gotas de la lluvia que se resbalan sobre las hojas de los árboles después de una tempestad de verano. De todos modos, cuento con la imaginación de mis lectores para hacerme comprender en este que pudiéramos llamar boceto de un cuadro que pintaré algún día.
I
-Herido va el ciervo..., herido va... no hay duda. Se ve el rastro de la sangre entre las zarzas del monte, y al saltar uno de esos lentiscos han flaqueado sus piernas... Nuestro joven señor comienza por donde otros acaban... En cuarenta años de montero no he visto mejor golpe... Pero, ¡por San Saturio, patrón de Soria!, cortadle el paso por esas carrascas, azuzad los perros, soplad en esas trompas hasta echar los hígados, y hundid a los corceles una cuarta de hierro en los ijares: ¿no veis que se dirige hacia la fuente de los Álamos y si la salva antes de morir podemos darlo por perdido?
Las cuencas del Moncayo repitieron de eco en eco el bramido de las trompas, el latir de la jauría desencadenada, y las voces de los pajes resonaron con nueva furia, y el confuso tropel de hombres, caballos y perros, se dirigió al punto que Iñigo, el montero mayor de los marqueses de Almenar, señalara como el más a propósito para cortarle el paso a la res.
Pero todo fue inútil. Cuando el más ágil de los lebreles llegó a las carrascas, jadeante y cubiertas las fauces de espuma, ya el ciervo, rápido como una saeta, las había salvado de un solo brinco, perdiéndose entre los matorrales de una trocha que conducía a la fuente.
-¡Alto!... ¡Alto todo el mundo! -gritó Iñigo entonces-. Estaba de Dios que había de marcharse.
Y la cabalgata se detuvo, y enmudecieron las trompas, y los lebreles dejaron refunfuñando la pista a la voz de los cazadores.
En aquel momento, se reunía a la comitiva el héroe de la fiesta, Fernando de Argensola, el primogénito de Almenar.
-¿Qué haces? -exclamó, dirigiéndose a su montero, y en tanto, ya se pintaba el asombro en sus facciones, ya ardía la cólera en sus ojos-. ¿Qué haces, imbécil? Ves que la pieza está herida, que es la primera que cae por mi mano, y abandonas el rastro y la dejas perder para que vaya a morir en el fondo del bosque. ¿Crees acaso que he venido a matar ciervos para festines de lobos?
-Señor -murmuró Iñigo entre dientes-, es imposible pasar de este punto.
-¡Imposible! ¿Y por qué?
-Porque esa trocha -prosiguió el montero- conduce a la fuente de los Álamos: la fuente de los Álamos, en cuyas aguas habita un espíritu del mal. El que osa enturbiar su corriente paga caro su atrevimiento. Ya la res habrá salvado sus márgenes. ¿Cómo la salvaréis vos sin atraer sobre vuestra cabeza alguna calamidad horrible? Los cazadores somos reyes del Moncayo, pero reyes que pagan un tributo. Fiera que se refugia en esta fuente misteriosa, pieza perdida.
-¡Pieza perdida! Primero perderé yo el señorío de mis padres, y primero perderé el ánima en manos de Satanás, que permitir que se me escape ese ciervo, el único que ha herido mi venablo, la primicia de mis excursiones de cazador... ¿Lo ves?... ¿Lo ves?... Aún se distingue a intervalos desde aquí; las piernas le fallan, su carrera se acorta; déjame..., déjame; suelta esa brida o te revuelvo en el polvo... ¿Quién sabe si no le daré lugar para que llegue a la fuente? Y si llegase, al diablo ella, su limpidez y sus habitadores. ¡Sus, Relámpago!; ¡sus, caballo mío! Si lo alcanzas, mando engarzar los diamantes de mi joyel en tu serreta de oro.
Caballo y jinete partieron como un huracán. Iñigo los siguió con la vista hasta que se perdieron en la maleza; después volvió los ojos en derredor suyo; todos, como él, permanecían inmóviles y consternados.
El montero exclamó al fin:
-Señores, vosotros lo habéis visto; me he expuesto a morir entre los pies de su caballo por detenerlo. Yo he cumplido con mi deber. Con el diablo no sirven valentías. Hasta aquí llega el montero con su ballesta; de aquí en adelante, que pruebe a pasar el capellán con su hisopo.
II
-Tenéis la color quebrada; andáis mustio y sombrío. ¿Qué os sucede? Desde el día, que yo siempre tendré por funesto, en que llegasteis a la fuente de los Álamos, en pos de la res herida, diríase que una mala bruja os ha encanijado con sus hechizos. Ya no vais a los montes precedido de la ruidosa jauría, ni el clamor de vuestras trompas despierta sus ecos. Sólo con esas cavilaciones que os persiguen, todas las mañanas tomáis la ballesta para enderezaros a la espesura y permanecer en ella hasta que el sol se esconde. Y cuando la noche oscurece y volvéis pálido y fatigado al castillo, en balde busco en la bandolera los despojos de la caza. ¿Qué os ocupa tan largas horas lejos de los que más os quieren?
Mientras Iñigo hablaba, Fernando, absorto en sus ideas, sacaba maquinalmente astillas de su escaño de ébano con un cuchillo de monte.
Después de un largo silencio, que sólo interrumpía el chirrido de la hoja al resbalar sobre la pulimentada madera, el joven exclamó, dirigiéndose a su servidor, como si no hubiera escuchado una sola de sus palabras:
-Iñigo, tú que eres viejo, tú que conoces las guaridas del Moncayo, que has vivido en sus faldas persiguiendo a las fieras, y en tus errantes excursiones de cazador subiste más de una vez a su cumbre, dime: ¿has encontrado, por acaso, una mujer que vive entre sus rocas?
-¡Una mujer! -exclamó el montero con asombro y mirándole de hito en hito.
-Sí -dijo el joven-, es una cosa extraña lo que me sucede, muy extraña... Creí poder guardar ese secreto eternamente, pero ya no es posible; rebosa en mi corazón y asoma a mi semblante. Voy, pues, a revelártelo... Tú me ayudarás a desvanecer el misterio que envuelve a esa criatura que, al parecer, sólo para mí existe, pues nadie la conoce, ni la ha visto, ni puede dame razón de ella.
El montero, sin despegar los labios, arrastró su banquillo hasta colocarse junto al escaño de su señor, del que no apartaba un punto los espantados ojos... Éste, después de coordinar sus ideas, prosiguió así:
-Desde el día en que, a pesar de sus funestas predicciones, llegué a la fuente de los Álamos, y, atravesando sus aguas, recobré el ciervo que vuestra superstición hubiera dejado huir, se llenó mi alma del deseo de soledad.
Tú no conoces aquel sitio. Mira: la fuente brota escondida en el seno de una peña, y cae, resbalándose gota a gota, por entre las verdes y flotantes hojas de las plantas que crecen al borde de su cuna. Aquellas gotas, que al desprenderse brillan como puntos de oro y suenan como las notas de un instrumento, se reúnen entre los céspedes y, susurrando, susurrando, con un ruido semejante al de las abejas que zumban en torno a las flores, se alejan por entre las arenas y forman un cauce, y luchan con los obstáculos que se oponen a su camino, y se repliegan sobre sí mismas, saltan, y huyen, y corren, unas veces con risas; otras, con suspiros, hasta caer en un lago. En el lago caen con un rumor indescriptible. Lamentos, palabras, nombres, cantares, yo no sé lo que he oído en aquel rumor cuando me he sentado solo y febril sobre el peñasco a cuyos pies saltan las aguas de la fuente misteriosa, para estancarse en una balsa profunda cuya inmóvil superficie apenas riza el viento de la tarde.
Todo allí es grande. La soledad, con sus mil rumores desconocidos, vive en aquellos lugares y embriaga el espíritu en su inefable melancolía. En las plateadas hojas de los álamos, en los huecos de las peñas, en las ondas del agua, parece que nos hablan los invisibles espíritus de la Naturaleza, que reconocen un hermano en el inmortal espíritu del hombre.
Cuando al despuntar la mañana me veías tomar la ballesta y dirigirme al monte, no fue nunca para perderme entre sus matorrales en pos de la caza, no; iba a sentarme al borde de la fuente, a buscar en sus ondas... no sé qué, ¡una locura! El día en que saltó sobre ella mi Relámpago, creí haber visto brillar en su fondo una cosa extraña.., muy extraña..: los ojos de una mujer.
Tal vez sería un rayo de sol que serpenteó fugitivo entre su espuma; tal vez sería una de esas flores que flotan entre las algas de su seno y cuyos cálices parecen esmeraldas...; no sé; yo creí ver una mirada que se clavó en la mía, una mirada que encendió en mi pecho un deseo absurdo, irrealizable: el de encontrar una persona con unos ojos como aquellos. En su busca fui un día y otro a aquel sitio.
Por último, una tarde... yo me creí juguete de un sueño...; pero no, es verdad; le he hablado ya muchas veces como te hablo a ti ahora...; una tarde encontré sentada en mi puesto, vestida con unas ropas que llegaban hasta las aguas y flotaban sobre su haz, una mujer hermosa sobre toda ponderación. Sus cabellos eran como puro bronce; sus pestañas brillaban como hilos de luz, y entre las pestañas volteaban inquietas unas pupilas que yo había visto..., sí, porque los ojos de aquella mujer eran los ojos que yo tenía clavados en la mente, unos ojos de un color imposible, unos ojos...
-¡Verdes! -exclamó Iñigo con un acento de profundo terror e incorporándose de un golpe en su asiento.
Fernando lo miró a su vez como asombrado de que concluyese lo que iba a decir, y le preguntó con una mezcla de ansiedad y de alegría:
-¿La conoces?
-¡Oh, no! -dijo el montero-. ¡Líbreme Dios de conocerla! Pero mis padres, al prohibirme llegar hasta estos lugares, me dijeron mil veces que el espíritu, trasgo, demonio o mujer que habita en sus aguas tiene los ojos de ese color. Yo os conjuro por lo que más améis en la tierra a no volver a la fuente de los álamos. Un día u otro os alcanzará su venganza y expiaréis, muriendo, el delito de haber encenagado sus ondas.
-¡Por lo que más amo! -murmuró el joven con una triste sonrisa.
-Sí -prosiguió el anciano-; por vuestros padres, por vuestros deudos, por las lágrimas de la que el Cielo destina para vuestra esposa, por las de un servidor, que os ha visto nacer.
-¿Sabes tú lo que más amo en el mundo? ¿Sabes tú por qué daría yo el amor de mi padre, los besos de la que me dio la vida y todo el cariño que pueden atesorar todas las mujeres de la tierra? Por una mirada, por una sola mirada de esos ojos... ¡Mira cómo podré dejar yo de buscarlos!
Dijo Fernando estas palabras con tal acento, que la lágrima que temblaba en los párpados de Iñigo se resbaló silenciosa por su mejilla, mientras exclamó con acento sombrío:
-¡Cúmplase la voluntad del Cielo!
III
-¿Quién eres tú? ¿Cuál es tu patria? ¿En dónde habitas? Yo vengo un día y otro en tu busca, y ni veo el corcel que te trae a estos lugares ni a los servidores que conducen tu litera. Rompe de una vez el misterioso velo en que te envuelves como en una noche profunda. Yo te amo, y, noble o villana, seré tuyo, tuyo siempre.
El sol había traspuesto la cumbre del monte; las sombras bajaban a grandes pasos por su falda; la brisa gemía entre los álamos de la fuente, y la niebla, elevándose poco a poco de la superficie del lago, comenzaba a envolver las rocas de su margen.
Sobre una de estas rocas, sobre la que parecía próxima a desplomarse en el fondo de las aguas, en cuya superficie se retrataba, temblando, el primogénito Almenar, de rodillas a los pies de su misteriosa amante, procuraba en vano arrancarle el secreto de su existencia.
Ella era hermosa, hermosa y pálida como una estatua de alabastro. Y uno de sus rizos caía sobre sus hombros, deslizándose entre los pliegues del velo como un rayo de sol que atraviesa las nubes, y en el cerco de sus pestañas rubias brillaban sus pupilas como dos esmeraldas sujetas en una joya de oro.
Cuando el joven acabó de hablarle, sus labios se removieron como para pronunciar algunas palabras; pero exhalaron un suspiro, un suspiro débil, doliente, como el de la ligera onda que empuja una brisa al morir entre los juncos.
-¡No me respondes! -exclamó Fernando al ver burlada su esperanza-. ¿Querrás que dé crédito a lo que de ti me han dicho? ¡Oh, no!... Háblame; yo quiero saber si me amas; yo quiero saber si puedo amarte, si eres una mujer...
-O un demonio... ¿Y si lo fuese?
El joven vaciló un instante; un sudor frío corrió por sus miembros; sus pupilas se dilataron al fijarse con más intensidad en las de aquella mujer, y fascinado por su brillo fosfórico, demente casi, exclamó en un arrebato de amor:
-Si lo fueses.:., te amaría..., te amaría como te amo ahora, como es mi destino amarte, hasta más allá de esta vida, si hay algo más de ella.
-Fernando -dijo la hermosa entonces con una voz semejante a una música-, yo te amo más aún que tú me amas; yo, que desciendo hasta un mortal siendo un espíritu puro. No soy una mujer como las que existen en la Tierra; soy una mujer digna de ti, que eres superior a los demás hombres. Yo vivo en el fondo de estas aguas, incorpórea como ellas, fugaz y transparente: hablo con sus rumores y ondulo con sus pliegues. Yo no castigo al que osa turbar la fuente donde moro; antes lo premio con mi amor, como a un mortal superior a las supersticiones del vulgo, como a un amante capaz de comprender mi caso extraño y misterioso.
Mientras ella hablaba así, el joven absorto en la contemplación de su fantástica hermosura, atraído como por una fuerza desconocida, se aproximaba más y más al borde de la roca.
La mujer de los ojos verdes prosiguió así:
-¿Ves, ves el límpido fondo de este lago? ¿Ves esas plantas de largas y verdes hojas que se agitan en su fondo?... Ellas nos darán un lecho de esmeraldas y corales..., y yo..., yo te daré una felicidad sin nombre, esa felicidad que has soñado en tus horas de delirio y que no puede ofrecerte nadie... Ven; la niebla del lago flota sobre nuestras frentes como un pabellón de lino...; las ondas nos llaman con sus voces incomprensibles; el viento empieza entre los álamos sus himnos de amor; ven..., ven.
La noche comenzaba a extender sus sombras; la luna rielaba en la superficie del lago; la niebla se arremolinaba al soplo del aire, y los ojos verdes brillaban en la oscuridad como los fuegos fatuos que corren sobre el haz de las aguas infectas... Ven, ven... Estas palabras zumbaban en los oídos de Fernando como un conjuro. Ven... y la mujer misteriosa lo llamaba al borde del abismo donde estaba suspendida, y parecía ofrecerle un beso..., un beso...
Fernando dio un paso hacía ella..., otro..., y sintió unos brazos delgados y flexibles que se liaban a su cuello, y una sensación fría en sus labios ardorosos, un beso de nieve..., y vaciló..., y perdió pie, y cayó al agua con un rumor sordo y lúgubre.
Las aguas saltaron en chispas de luz y se cerraron sobre su cuerpo, y sus círculos de plata fueron ensanchándose, ensanchándose hasta expirar en las orillas."

Siempre fui un obseso de la puntualidad, llegué tarde a todo lo importante.

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
Me estoy fabricando un precioso anillo, he conseguido uno de los mejores diamantes posibles, quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total y que ayude a mis herederos y a los herederos de mis herederos para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos, podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total. Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.

El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y éste sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó, y éste le dijo: No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje, durante mi larga vida en el palacio, me he encontrado con todo tipo de gente y en una ocasión me encontré con un místico, era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio, cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje, el anciano lo escribió en papel, lo dobló y se lo dio al rey. Pero no lo leas -le dijo-, mantenlo escondido en el anillo, ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres ninguna salida a la situación.

Ese momento no tardó en llegar, el país fue invadido y el rey perdió el reino, estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían, estaba solo y los perseguidores eran numerosos, llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida, enfrente había un precipicio y un profundo valle, caer por el sería el fin, y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino, ya podía escuchar el trotar de los caballos, no podía seguir hacia adelante y no había ningún otro camino. De repente, se acordó del anillo, lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso, simplemente decía: “ESTO TAMBIEN PASARA”, Mientras lo leía, sintió que se cernía sobre él un gran silencio.

Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido, aquellas palabras habían resultado milagrosas, dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos, reconquistó el reino, y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital, hubo una gran celebración con música, bailes, y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.

El anciano estaba a su lado y le dijo: Este momento también es adecuado, vuelve a mirar el mensaje.
-¿Qué quieres decir?, ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
-Escucha, este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras, no es sólo para cuando estás derrotado, también es para cuando te sientes victorioso, no es sólo para cuando eres el último, también es para cuando eres el primero.
-El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “ESTO TAMBIEN PASARA”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje, Se había iluminado.

Entonces el anciano le dijo: Recuerda que todo pasa, ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes, como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza, acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

martes, 20 de noviembre de 2012

Granos de arena.

El niquel es un elemento químico de número atómico 28. Como curiosidad os contaré que recibe este nombre por un motivo algo extraño. Durante siglos los orfebres (te toca buscar significado en google) intentaron trabajar ciertos minerales de cobre sin éxito. Como tradición en el gremio, se decia que la culpa la tenia el Viejo Nick como llamaban al diablo. En 1751 Cronstedt descubrió que era un mineral metálico blanquecino el que hacia imposible el trabajo y lo llamo Niquel.

Soy alergico al niquel, no puedo tener ciertas monedas mucho tiempo en la mano y funciono como un detector de joyas falsas. La mayoría de relojes llevan niquel, es ponermelos y en un dia tengo la marca roja durante dias, eso unido a lo incomodo que me resultan ha hecho que nunca los utilice.

Esto me hace pensar en la gente que lleva reloj. Esta gente, de media, pasa un minuto al dia mirando la hora. Esto supone siete minutos a la semana...una media hora al mes. En un año pasarán seis horas...Cada cuatro años pasarán un día mirando su muñeca...

Cada dia tengo mas claro que basta con querer controlar algo para ver de cerca como lo pierdes.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Who I am Who I’m not, and who I want to be.

Newton...a este no le presento, optimicemos tiempo y espacio. Además de sus famosas leyes este caballero destaco como: físico, filosofo, teólogo, inventor, alquimista, matemático...como se nota que no habia teles por aquella época, le dan un rato mas y se hace striper, jugador de dardos, animadora de volley, cocinero...a este no le regalaron un balón de pequeño eso seguro.

Bueno, el colega Isaac es considerado el científico mas importante de todos los tiempos por una de esas revistas que ninguno leemos pero que queda cojonudo citar como fuente. Como todos sabemos, en este mundo no eres nadie si no te marcas una frase de esas chulas que siglos despues gente que no sabe ni quien fuiste puede twittear y quedar como un genio, esta no es una excepción atentos a la frasaca: "Divisé tan lejos, porque trepé a hombros de gigantes"  en una clara referencia a las grandes mentes anteriores como Copérnico, Kepler o Galileo. Esta frase motivo a otros grandes científicos a hacer grandes cosas incluso dio nombre a un programa científico en la radio española. Hasta aquí todo precioso pero como suele pasar...las cosas no son lo que parecen. Resulta que Newton se llevaba bastante mal con Robert Hooke (el de la ley de la elasticidad por si te ubico un poco..ya sabes lo de tenemos un muelle que soporta una carga q, calcula la deformación y...bueno eso) y además de una forma un poco injusta puesto que el Sir (Me refiero a Newton, que tiene la condecoración de Sir porque me quedaba sin pronombres para referirme a él, que hay que explicarlo todo) le había robado de forma directa teorías a Hooke de las cartas que este le mandaba. Esto no sentó muy bien a Hooke que le puso de cabrón pa'rriba...

 ¿Que tiene que ver la frase no? Hooke era bajito y bastante contrahecho. Newton un cachondo cabroncete que consiguio que un insulto directo pase a la historia como una gran frase de agradecimiento y motivación. Esto me hace pensar dos cositas:

La primera es que nadie es perfecto, todos metemos la pata, hasta Newton que tiene cara de no haber cagado en la vida.


La segunda y más importante, incluso cuando tu motivación es erronea, cuando tus bases se caen, incluso cuando entendiste mal tu salida puedes llegar a un gran final. No pienses en porqués y dedicate a tus comos. Una meta grandiosa no siempre empezó con un arranque épico pero si que llegó con un camino glorioso.




miércoles, 14 de noviembre de 2012

Carameloraro

Hoy os voy a contar un cúmulo de historias, os pido que llegueis al final antes de juzgarme...como viene siendo habitual.

La primera es la historia de un señor natural del pais donde la gente no mira....sospecha, Japón. Satoshi Tajiri es un señor muy majo que nació en Tokyo a mediados del siglo pasado. Era fan de la caza y observación de insectos, esto unido a su nombre ridiculo y la cara de frikazo de manual que se marcaba lo convirtió (imagino yo sin ninguna fuente) en un marginado social de proporciones legendarias. Todo estó empezó a encajar cuando le diagnosticaron sindrome de Asperger....Poco despues comenzo a trabjar en una tal Game Freak, una empresa por aquel entonces no demasiado grande. Casualidades de la vida al hombretón en cuestión se le ocurrió la brillante idea de crear a unos bichos de colores que peleaban entre si, la imaginación de los creativos japoneses es conocida en todo el mundo y de  "Pocket Monsters" los llamaron pokemón.

Aparcaremos esta historia para hablar de otra no menos interesante o al menos no con más sentido. Salcedo es una población de Asturias situada en el concejo de Navia. Fue una zona bastante castigada por la Guerra Civil pero, al ser tierra de labranza, nunca pasarón hambre. Si preguntas a cualquier ciudadano de Salcedo, como buen asturiano te dirá que tienen de todo y es un lugar muy grande mientras te invita a su casa a comer y beber en cantidades que te podrian hacer devolver durante 2 semanas de forma continua...si mirases la población verías que suman 37 vecinos y que el número de animales de pasto y corral supone un 678% más que el de personas.

Aparcamos de nuevo esta historia para llegar a la última, animo tu sigue leyendo como los niños mayores que como en todo, lo mas dificil es empezar luego sale todo solo...hablaré de Caleb Bradhman. Aunque tenga nombre de nigromante de tercer nivel, experto jugador del WOW parece ser que era farmaceutico e invento un tónico para aliviar dolores de estomago al que llamo pepsi...perdón peshi (soy un caballero siempre pendiente de mis paisanos de MadriZ y nuestras carencias al hablar). Tras una quiebra su empresa (PepsiCO) es actualmente una de las mas fuertes del mundo con refrescos, alimentación y snacks entre los que se inluyen las tortas de maiz Doritos desde la decada de los 90.

En este momento, aunque estes acostumbrado a leerme espero haberte dejado descolocado, si no es asi debería hundirme porque lo llevaba planificando bastante tiempo. ¿A donde quieres llegar? Allá va. Aqui viene mi mejor giro argumental, meses hablando sobre ironías de la vida para poder concluir el ciclo con esto, la mayor de las ironías.

Es casualidad que veas un capítulo de Pokemon un miercoles a las 18:00 en primero de las ESO y te encante la serie. Es mas casualidad que PepsiCo firme un contrato de patrocinio con pokemon y empiece a suministrar tazos en sus bolsas. Es aun mas casualidad una señora nacida en Salcedo hace 85 años sea tu abuela y se encargue de comprarte y hacerte comer cantidades de Doritos que podrían sepultar a un rinoceronte mediano. Es menos casualidad que esto te lleve a alcanzar la nada desdeñable cifra de 84 kg con 13 años. Tampoco es demasiada casualidad que esto limite en cierta medida tus relaciones sociales, mientra unos se liaban con chicas yo me quedaba tirado en una cabina en Vistarreal..pero esa es otra historia, tendrían chicas pero mi Blastoise nivel 100 era un objeto de deseo. Lo que si es algo mas de casualidad es que un tal Nando se fije en mi y comience a hablar conmigo. Empieza a ser menos casualidad cuando ve algo en ti y te ofrece ser monitor....Lo que es una gran ironía de la vida es que, al niño de una pequeña familia de un solo hermano, el invento de un Asperger japones, envuelto en la comida de un farmaceutico americano, supervisado por una hija de las tierras asturianas, le llevase a ser monitor en un centro juvenil y le regalase dos hermanos más, parecidos pero muy distintos.

Espero que por tu cabeza ahora mismo pasen comentarios como "Diooos que genio" "Madre mia hazte guionista" o "En serio Crepusculo se vende y a este tio no le publican?" ademas de "Y tanto lio para esto capuyo?Era necesario?" Pues si tio si, era necesario porque de esta forma me pondré blando y sensible sin que parezca el fotolog de una niña de diez años jurando amor eterno a sus MAPS.

Este blog en concreto va dedicado a  la persona más identica a mi (siendo el mucho mas guapo y alto) que he encontrado. A una de las personas mas quejicas que conozco pero no cualquier quejica, quejica con estilo y gracia como debe ser. A la persona de genero masculino que mas veces ha compartido cama conmigo...(dejemoslo ahi, no hablo de mi vida privada). A la persona que creo conmigo la "Moqueta" y más tarde fue Co-fundador del glorioso Dinamo Queta. A la persona con la que mas bromas he intercambiado y con la que mas temas serios he podido tratar. A la persona mas fucker que conozco aunque no quiera verlo. A la persona que sabe lo que pienso de algo solo mirandome. A una de esas personas que si te ve con el ánimo bajo te lo levanta...y a veces tambien te anima "kakaka" :l. A una de esas personas compañeras de dolor y gloria en Santiago. Lo de fucker ya lo he dicho no? A mi hermano de éxitos, fracasos y malas suertes. A la persona que, junto a una nueva generación de guapos y amables monitores, ha traido una nueva edad de oro a nuestro centro. A una de esas personas con las que, porque no decirlo, te bañarias desnudo en una piscina de Salamanca a las 5 de la mañana. A una de esas personas que vale la pena ver y conocer, que te hacen la vida mejor.A una persona que algunos llaman gemelo, otros Compte, otros Carlos...yo le llamo Cari jaja. A una de esas personas que siempre le deseas lo mejor porque siempre será menos de lo que se merece. A la persona que mas me ha insistido en ver una de mis canciones....y por eso te dejo hoy un regalo y un deseo:

El regalo, una parte de mi última canción:


"Que si me mandas razones, veo ilusiones.
Si me regalas enfados, compro perdones.
Que cuando cierro los ojos
Solo me viene tu olor.

Huele a ti, huele a tus besos
Siento tu frio en los huesos
Siempre fui ese niño idiota
De pocas luces y la voz rota.

Después de una vida en la que buscaba
Medias naranjas…descubrí
que eras tu mi medio limón
de los que escuecen pero gustan en el fondo
de mi corazón."

El deseo, que te salga todo bien y que busquemos lo que busquemos encontremos siempre...

domingo, 11 de noviembre de 2012

Los mundos de gulliver

Con el alma rota.
Jode empezar por el final verdad? Pero tenemos costumbre de hacerlo. A pensar en lo que creemos que es y será aunque la caguemos.Vivimos deprisa y corriendo con la ilusión de que si pasa algo el tiempo se detendrá, suenas estupido pero de verdad lo pensamos...os dejo una pregunta dificil:
 -¿Sabeis que es un violín?-
Partamos de la base de que si. Hay violines de muchos tipos: 3/4, 4/4 de muchos tipos de madera, con distintos barnices...un mundo.
Cada violín tiene muchas partes, todos las conocemos ...¿No?
El mastil con final el voluta, las escotaduras, el cordal, los calados, el diapasón, las clavijas, las bonitas tapas de madera...pero volvemos a empezar por el final, a mi siempre me ha llamado la atención una parte. Hablo de una pequeña pieza de madera que ni se ve que se coloca entre las tapas, la verdad a simple vista es bastante fea pero proporciona solidez al puente para que resista las tensiones a las que se le somete. Un violín sin clavija sonará, tambien sin voluta pero esta pieza se llama alma y nunca sacarás música con el alma rota.


sábado, 3 de noviembre de 2012

Un club, una lucha.

Hoy me limito a copiar, es decir, a hacer lo que todo el mundo hace el 97% del tiempo en twitter mientras se creen magos, poetas y genios, el despertar será duro os aviso ya.
Hoy me limito a copiar el gran discurso de Tyler en El club de la lucha. No explicaré nada hoy, el que tenga oidos que oiga y el que tenga ojos que lea:

"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados."

jueves, 1 de noviembre de 2012

20 monedas de plata

Antes de nada perdón.
Perdón por el desorden que vas...o al menos intentarás leer. Yo entiendo, conozco y reconozco cada colocación y palabra pero no me pararé a ordenarlas.
Dicho esto pedir perdón.
Perdón por el tocho que te vas...o al menos intentarás leer. Esto es el fruto de 20 años de Julián y unos cuantos menos de Julo.

El primer acto va sobre la verguenza. Lo empezaré con una afirmación copiada y pegada de wikipedia:

"Lemuria constituiría un gigantesco continente, anterior a África y a la Atlantida, que habría sido destruido por efecto de terremotos y fuegos subterráneos, y sumergido en el fondo del océano hace algunas decenas de miles de años, dejando sólo como recuerdo suyo varios picos de sus más altas montañas, que ahora son otras tantas islas."

Que? Que te parece? Una estupidez no? Seguramente a Philip Lutley Sclater no le haría nunguna gracia que pensaras eso. Philip Lutley Sclater, te suena ¿No?....que coño te va a sonar si no me suena casi a mi y estoy escribiendo sobre el...dilo hombre, un poquito de sinceridad, si no te suena te cuento un poco de él y te ahorro buscarlo en google. Resulta que como has averiguado, Sherlock, defendía la teoría que os he puesto arriba...y no te hablo de hace 31232324325547657 años...esto es siglo XIX (19 para los espabilados).

El caso es que aqui el amigo tenía todo tipo de indicios para defender eso, y claro, los indicios dan ilusiones y las ilusiones mueven el mundo. Lo curioso es que llega un dia en que alguien, con buena o mala intención, le dice: "Campeón, que no, que te has columpiado" y es aqui donde en un magnifico giro retomo mi tema inicial: la verguenza.

Porque a este señor le dieron palmaditas en la espalda y le dijeron "Pero si lo importante es lo que has trabajado" todo ello cosas que a este señor se la soplaba (perdón por mi vulgaridad) bastante. Porque lo que sentia Don Philip era la verguenza del que se autojuzga, del que se sabe equivocado. Para que os hagais una idea me refiero a convivir de por vida con esa sensación que te viene cuando recuerdas el dia que llamaste mama a una profesora o cuando te declaraste sin querer en la mierda del messenger por que te equivocaste de conversación, esos pensamientos que te asaltan la cabeza y los bloqueas directamente por no sentir...la verguenza. Porque aunque tuvieras razones, tuvieras motivos y, aun mas, aunque tuvieras el valor de tomar decisiones...te equivocaste. Y todo lo que siempre defendiste, aquello a lo que dedicaste tu vida, todo por lo que habrías renunciado a ella se desvanece. Pero para empeorar la situación volverás a las ilusiones que mueven el mundo que por suerte o por desgracia, no se van. En ese preciso momento es cuando lo que fue tu aliento pasa, en un segundo, a ser tu tormento. Pasa en un instante a ser algo que siempre irá contigo, como un eterno castigo, en el que arrastrarás tu vergueza revivida cada dia por tu ilusión.

Y es que hasta Julio Cesar...el romano no el portero pronunció estas últimas palabras al ser asesinado: "Eh tu Brute" refiriendo a su hijo no legitimo al que dió todo y se convirtió en uno de los puñales que le quitaron la vida. Sus últimas palabras pudieron ser un silencio, un "tu puta madre" o un "Apagarme el gas que me lo he dejado prendido" pero no. Decidio que su último aliento fuese para expresar su verguenza, la verguenza del equivocado, del tonto, del que se sabe necio y traicionado, del que entiende que no valió de nada.

Y con esto llegamos al final del primer acto, nadie dijo que fuese facil amigos.

El segundo acto va de estupidez aunque sea una continuación de lo anterior.
Recuerdo perfectamente un fragmento del amiguete Garcia Márquez en sus 100 años de soledad:

"Al ser destapado por el gigante, el cofre dejó escapar un aliento glacial. Dentro sólo había un enorme bloque transparente, con infinitas agujas internas en las cuales se despedazaba en estrellas de colores la claridad del crepúsculo. Desconcertado, sabiendo que los niños esperaban una explicación inmediata, José Arcadio Buendía se atrevió a murmurar:
-Es el diamante más grande del mundo.
-No -corrigió el gitano-. Es hielo.
José Arcadio Buendía, sin entender, extendió la mano hacia el témpano, pero el gigante se la apartó. "Cinco reales más para tocarlo", dijo. José Arcadio Buendía los pagó, y entonces puso la mano sobre el hielo, y la mantuvo puesta por varios minutos, mientras el corazón se le hinchaba de temor y de júbilo al contacto del misterio. Sin saber qué decir, pagó otros diez reales para que sus hijos vivieran la prodigiosa experiencia. El pequeño José Arcadio se negó a tocarlo. Aureliano, en cambio, dio un paso hacia adelante, puso la mano y la retiró en el acto. "Está hirviendo", exclamó asustado. Pero su padre no le prestó atención. Embriagado por la evidencia del prodigio, en aquel momento se olvidó de la frustración de sus empresas delirantes y del cuerpo de Melquíades abandonado al apetito de los calamares. Pagó otros cinco reales, y con la mano puesta en el témpano, como expresando un testimonio sobre el texto sagrado, exclamó:
-Este es el gran invento de nuestro tiempo."

Pensarás:Y que me quieres decir con esto genio? Pues no lo tengo muy claro la verdad, pero es un fragmento que me ronda la cabeza hace un tiempo.
Podemos tener mil razones, un millón de argumentos, pero como encontremos un indicio, uno solo, nos obcecaremos como burro siguiendo la zanahoria en el palo, y segurimos hacia delante ignorando todas las alarmas que sonaban en nuestra cabeza. Esto es algo grandioso y a la vez catastrofico en nuestra historia. Danos una ilusión y moveremos montañas.

Ahora llega el momento en que me llamas friki aunque a estas alturas igual no es lo peor que me has llamado. Tendemos a pensar que todo mejorará con el tiempo...cuando esto es directamente contrario a la segunda ley de la termodinámica. El desorden del mundo tiende siempre a aumentar y nosotros, ilusos, esperamos que el tiempo lo arregle todo...pero claro, Philip Lutley Sclater también tenía seguro y demostrado que Lemúria habia sido un pepino de continente con mil pruebas que lo avalaban y...es ahí cuando nace la ilusión y...bueno, volveríamos a empezar.

Queda poco Champion ya acabamos, perdón de nuevo por este caos pero es mi cabeza, nunca te fies de ella.

Y el tercer acto es, en un alarde de imaginación, la sobera estupidez.

¿Que tiene que ver con el volver a empezar? Pues lo que a mi me apetezca que para algo es mi blog...Pero bueno, lo que iba a contar es que hace unos dias se me desconfiguró el teclado del PC. No funcionaba ningun botón y en la pantalla solo brotaba un mensaje "Presione cualquier tecla para continuar"...a ver, vamos a tranquilizarnos...como cojones pulso una tecla??. La solución fue clara, reinicié y al encenderse todo funcionaba...porque todo en la vida es volver a empezar (ahi tienes el hilo, los clavo señores) y empezar que, por arte de magia, todo funcione.

Para terminar os regalo la última ironía: Wolfang Amadeus Mozart murió mientras componía su "Misa Requiem"...para que todo salga al reves, basta con pensar que lo tienes controlado.