jueves, 20 de diciembre de 2012

Puede que esta entrada mañana valga mucho más que hoy.

No cuidaré orden formas ni fondo, haré lo que yo quiera:

Primero os dejaré esta anecdota que siempre me ha encantado:

Chopin tenía gran facilidad para hacer imitaciones tan fieles al original que, entre sus anécdotas, se cuenta que, un día, copió a Liszt en su manera de vestir, hablar y tocar, con tal exactitud que un ingenuo admirador de provincias que asistía a la representación, al encontrarse unos días después con el auténtico Franz Liszt, le dijo indignado: «¡Ah! ¡No, Chopin, esta vez no me engañará usted!»

[...]

En esa jungla de intereses y envidias que es cualquier profesión, Chopin y Liszt se llevan por entonces de forma ejemplar con mutuo respeto hacia sus respectivas habilidades. Así nace la bonita anécdota que ningún director de cine ha dejado de utilizar al filmar sus biografías.

Era una noche de mayo y los invitados estaban reunidos en el salón de la casa. Liszt tocaba un Nocturno de Chopin, pero, siendo él mismo compositor, no se limitaba a interpretarlo tal y como estaba escrito. Así intercalaba variaciones de todas clases, saliendo y entrando a su capricho de la partitura. Todos estaban admirados de su habilidad... menos Chopin que no podía ocultar su nerviosismo al ver tratar su obra con tanta libertad. Por fin se acercó al piano y dijo:
—Querido amigo, si me haces el honor de tocar algo mío, toca lo que está escrito; sólo Chopin puede corregir Chopin.
Liszt se levantó, un poco molesto.
—De acuerdo. Tócalo tú, entonces.
—Con mucho gusto.

Cuando Chopin se sentaba, una mariposa se acercó al quinqué y se quemó en la llama, apagándolo. Alguien quiso reavivar la llama, pero el músico se opuso.

—Al contrario. Apagad también todas las velas. Me basta la luz de la luna. Debió ser el sueño de todos los melómanos del mundo. Chopin tocando sus obras durante una hora iluminado únicamente por los rayos que entraban por la ventana. Cuando terminó, los presentes se levantaron entusiasmados; el primero fue Liszt, que le dijo, abrazándole:
  —Querido amigo, tenías razón..., las obras de un genio como tú son sagradas, y quien se atreva a corregirlas comete una profanación. Chopin le tranquilizó, Liszt, dijo, era capaz de tocar temas de cualquiera, ya fuere Weber o Beethoven, como nadie, y volvieron a abrazarse entre los aplausos del público. La anécdota corrió por todos los salones de París, y Chopin la repetía con la satisfacción de quien ha ganado una partida difícil. Días después, en el mismo salón donde había ocurrido la pugna anterior, rogó a su amigo que se sentara al piano mientras ordenaba a un criado que apagase todas las luces para que el ambiente fuese más íntimo; esa vez sin siquiera la luz de la luna. Ya a oscuras la sala, y cuando Chopin iba a empezar, Liszt le dijo al oído que le dejara la banqueta; el otro, imaginando que se trataba de una broma, se deslizó silenciosamente hasta la butaca vecina. Entonces Liszt procedió a interpretar todas las composiciones que Chopin había tocado en la velada famosa, y lo hizo con tal pureza que los emocionados asistentes creían que el polaco repetía su concierto anterior. De pronto, se detuvo, prendió una cerilla y encendió las velas que había encima del piano.  Asombro en la sala. ¡Creíamos que era Chopin!, a lo que el bromista contestó, saludando: «Como veis, Liszt puede ser Chopin cuando quiera, pero Chopin, ¿podría ser Liszt?»
Ahora hablaré de un manco, un francés y una presa y como las apariencias engañan. 

Hablaré de un tipo cuyas tendencias políticas eran siempre la contraria a las que tenías la persona de enfrente, un tipo que por meterse en disputas perdió un brazo a garrotazos, un tipo que cuando venia a buscarle su casero se escondía en un armario y al ser encontrado respondía "Que mal educado, entrar en este armario sin preguntar, podría haberme encontrado desnudo"

Hablaré de un tipo frances, por lo que empezamos mal. De un tipo que se buscó la vida cuando su hijo marchó a la guerra y tuvo que dejar de vivir de él.

Hablaré de una presa si, pero de agua. De una construcción que dio vida a toda una Sierra por decisión de un dictador.

...Hablo del genio del modernismo, maestro de drama y novela Ramón María del Valle-Inclan, hablo de cientifico frances Joseph Nicéphore Niepce creador de la fotografia y hablo de la presa del Atazar. Hablo de apariencias que engañan porque malos y buenos actos del mundo, llevaron a Valle-Inclan tener su propia estatua en Santiago, al mundo tener cámaras y a la Sierra tener presa. Lugares y objetos que me permitieron vivir algunos de los mejores momentos siempre con un denominador común: Javier.

Podría deshacerme en elogios pero si lees estos me conoces y seguramente a El tambien, no gastaré las que pueden ser las últimas letras de este blog en cosas que cualquier ciego vería y cualquiera facilmente podría criticar de inmaduras o pobres.

Gastaré mis palabras en dar Gracias, Gracias en mayúsculas porque no hay otra forma de darlas. Gracias por estar en esa ciudad, tener esa foto y Gracias por colocar esa foto donde está. Gracias por cuando nos pidieron dar tres nombres ser uno de ellos. Gracias porque al final nos vamos como venimos y ese gesto se quedará siempre conmigo.

Podría ahorrarme desearte lo mejor porque se que no es necesario, la vida es justa con quien la trata bien pero aun así lo hago, por que quiero hacerlo.

Y con esto acaban mis palabras y tu que me lees podrás pensar que soy un genio o un payaso, Yo siempre  me vi un poco de cada no voy a mentir a estas alturas pero....lo que tengo muy claro es como mucho seré Chopin pero tu, tu hermano, tu serás Liszt.


miércoles, 19 de diciembre de 2012

0 positivo.

Fui esclavo de la música.
Son las de mi guitarra las curvas que mas he tenido entre mis brazos.
Nunca fui bueno en ningún deporte.
Nunca he sido alto, cosa que no me ha impedido llegar a casi ningún sitio.
Desde pequeño supe que hasta la luna miente, que parece un D cuando crece y una C cuando decrece.
Siempre tuve mas fuerza en el corazón que en los brazos.
No me importa que critiquen lo que escribo, porque escribo igual que sangro, porque sangro todo lo que escribo.
Nunca he creído que es el mejor el primero ni el peor el último.
Me arrepiento de cosas no hechas, cosas hechas y cosas hechas tarde o mal.
Siempre quise destacar en algo aunque no lo conseguí.
Tarde mucho en entender que no me importan los papeles con notas o muchos ceros que si por algo he vivido son por cosas con nombre y apellido.
Podría hablar a base de canciones, tendría una para cada instante.
Entendí y compartí la quinta pista que dio Luis Fonsi con sus Palabras Del Silencio.
Nunca dije las cosas importantes de forma fácil, lo fácil llega a todo el mundo y lo importante necesita interés de quien lee escucha.
Siempre me gustó la Curiosidad.
Le eche mas ganas que habilidad.
Me mordí las uñas hasta que no me quedaron.
Intenté ayudar a los demás mas que a mi mismo.
Nunca creí que el dolor o el cansancio fueran motivos para cesar en mi empeño.
Intenté parecer mas tonto de lo que soy y menos de lo que se pensaban.
Me escondí en el humor cuando no tenía donde hacerlo.
Siempre fui bobo y bohemio.
Use mas las metáforas y los símbolos que mi propia voz.
Canté lo que no puede decir, leí lo que no pude hacer, soñé lo que no pude vivir.
Si me conoces sabes que ahora mismo me sentiré orgulloso de la anterior frase.
Siempre me pareció que ayudar a alguien cuando lo pasa mal es mucho mas fácil que alegrarse por el cuando le va bien mientras tu sufres.
Tuve un sentimiento de equipo y grupo desorbitado.
Sentí miedo a la oscuridad hasta los 11 años.
Los payasos me provocan arritmias, literalmente.
Nunca, ni por un segundo, fui dueño de mis estados de ánimo.
Quitando a la oscuridad y los payasos, pocas cosas me dieron miedo.
Odié la injusticia casi tanto como ser injusto.
No parecer triste no quiso decir que no lo estuviera, estar triste no me hizo pagarlo con los demás.
Fui retales de personas, todo lo que fui se lo debí en parte a cada una de ellas.
Respete mis principios...aunque me dieran pocos finales.
Adoré siempre la base de galleta de las tartas, los helados y las chucherías, zumos y refrescos con sabor plátano.
Mi color favorito pasó de amarillo a azul pero, cuando cogía pajitas seguía buscando las amarillas.
Pocas veces perdí los nervios.
Fui mas observador que observado.
Aprendí mas en silencio que hablando.
Me dijeron muchas veces que había cambiado pero pocas veces lo hice.
Te tuve como un pensamiento Pendiente hasta el final.
Te habría recomendado volver a leer lo de las cosas fáciles.
Adoré que me escucharan.
Mi autoestima nunca despegó.
Nunca di suficientes gracias a mi madre.
Siempre tuve mas cicatrices, dentro y fuera, que años cumplidos.
Mi mala salud fue de hierro, mi mala suerte excelente.
Nunca creí que tener la razón me diese derecho a hacer daño con ella.
Adoré conducir mi FRY.
Nunca supe si prefería verdades en piedras o mentiras en jarabe.
Fui fan del Rey del Pop, antes y después de su muerte.
Michael Jordan me dejó sin palabras.
Lloré con vídeos e historias de sacrificios heroicos y superaciones personales.
Baile solo en mi habitación.
Nunca me pareció importante cuidar la forma cuando hubo buen fondo.
Siempre me gustaron mis formas.
Fracase 1000 veces y 1001 intente volver a fracasar, mi perserverancia se acercó al nivel de mis estupidez.
Dormí poco, puedo que eso signifique que viví mucho.
Adoré trasnochar y mas en esas noches de verano donde no hay nada que hacer.
Amé la niebla y el olor a suelo mojado.
Me emocioné con pequeños detalles y gestos de la gente.
Mi chicos, mis chicas siempre fueron tanto para mi.
Nunca supe como acabaría pero de acabar quise que me recordaran con lo bueno y con lo malo, sin infravalorar, sin reproches, con mis virtudes y defectos...asi quise que me recuerden para los restos.




Como un principe feliz

Uno de los cuentos mas conocidos, pero no por ello peor, de Oscar Wilde. Nada que añadir:

En la parte más alta de la ciudad, sobre una columnita, se alzaba la estatua del Príncipe Feliz.

Estaba toda revestida de madreselva de oro fino. Tenía, a guisa de ojos, dos centelleantes zafiros y un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada.

Por todo lo cual era muy admirada.

-Es tan hermoso como una veleta -observó uno de los miembros del Concejo que deseaba granjearse una reputación de conocedor en el arte-. Ahora, que no es tan útil -añadió, temiendo que le tomaran por un hombre poco práctico.

Y realmente no lo era.

-¿Por qué no eres como el Príncipe Feliz? -preguntaba una madre cariñosa a su hijito, que pedía la luna-. El Príncipe Feliz no hubiera pensado nunca en pedir nada a voz en grito.

-Me hace dichoso ver que hay en el mundo alguien que es completamente feliz -murmuraba un hombre fracasado, contemplando la estatua maravillosa.

-Verdaderamente parece un ángel -decían los niños hospicianos al salir de la catedral, vestidos con sus soberbias capas escarlatas y sus bonitas chaquetas blancas.

-¿En qué lo conocéis -replicaba el profesor de matemáticas- si no habéis visto uno nunca?

-¡Oh! Los hemos visto en sueños -respondieron los niños.

Y el profesor de matemáticas fruncía las cejas, adoptando un severo aspecto, porque no podía aprobar que unos niños se permitiesen soñar.

Una noche voló una golondrinita sin descanso hacia la ciudad.

Seis semanas antes habían partido sus amigas para Egipto; pero ella se quedó atrás.

Estaba enamorada del más hermoso de los juncos. Lo encontró al comienzo de la primavera, cuando volaba sobre el río persiguiendo a una gran mariposa amarilla, y su talle esbelto la atrajo de tal modo, que se detuvo para hablarle.

-¿Quieres que te ame? -dijo la Golondrina, que no se andaba nunca con rodeos.

Y el Junco le hizo un profundo saludo.

Entonces la Golondrina revoloteó a su alrededor rozando el agua con sus alas y trazando estelas de plata.

Era su manera de hacer la corte. Y así transcurrió todo el verano.

-Es un enamoramiento ridículo -gorjeaban las otras golondrinas-. Ese Junco es un pobretón y tiene realmente demasiada familia.

Y en efecto, el río estaba todo cubierto de juncos.

Cuando llegó el otoño, todas las golondrinas emprendieron el vuelo.

Una vez que se fueron sus amigas, sintióse muy sola y empezó a cansarse de su amante.

-No sabe hablar -decía ella-. Y además temo que sea inconstante porque coquetea sin cesar con la brisa.

Y realmente, cuantas veces soplaba la brisa, el Junco multiplicaba sus más graciosas reverencias.

-Veo que es muy casero -murmuraba la Golondrina-. A mí me gustan los viajes. Por lo tanto, al que me ame, le debe gustar viajar conmigo.

-¿Quieres seguirme? -preguntó por último la Golondrina al Junco.

Pero el Junco movió la cabeza. Estaba demasiado atado a su hogar.

-¡Te has burlado de mí! -le gritó la Golondrina-. Me marcho a las Pirámides. ¡Adiós!

Y la Golondrina se fue.

Voló durante todo el día y al caer la noche llegó a la ciudad.

-¿Dónde buscaré un abrigo? -se dijo-. Supongo que la ciudad habrá hecho preparativos para recibirme.

Entonces divisó la estatua sobre la columnita.

-Voy a cobijarme allí -gritó- El sitio es bonito. Hay mucho aire fresco.

Y se dejó caer precisamente entre los pies del Príncipe Feliz.

-Tengo una habitación dorada -se dijo quedamente, después de mirar en torno suyo.

Y se dispuso a dormir.

Pero al ir a colocar su cabeza bajo el ala, he aquí que le cayó encima una pesada gota de agua.

-¡Qué curioso! -exclamó-. No hay una sola nube en el cielo, las estrellas están claras y brillantes, ¡y sin embargo llueve! El clima del norte de Europa es verdaderamente extraño. Al Junco le gustaba la lluvia; pero en él era puro egoísmo.

Entonces cayó una nueva gota.

-¿Para qué sirve una estatua si no resguarda de la lluvia? -dijo la Golondrina-. Voy a buscar un buen copete de chimenea.

Y se dispuso a volar más lejos. Pero antes de que abriese las alas, cayó una tercera gota.

La Golondrina miró hacia arriba y vio... ¡Ah, lo que vio!

Los ojos del Príncipe Feliz estaban arrasados de lágrimas, que corrían sobre sus mejillas de oro.

Su faz era tan bella a la luz de la luna, que la Golondrinita sintióse llena de piedad.

-¿Quién sois? -dijo.

-Soy el Príncipe Feliz.

-Entonces, ¿por qué lloriqueáis de ese modo? -preguntó la Golondrina-. Me habéis empapado casi.

-Cuando estaba yo vivo y tenía un corazón de hombre -repitió la estatua-, no sabía lo que eran las lágrimas porque vivía en el Palacio de la Despreocupación, en el que no se permite la entrada al dolor. Durante el día jugaba con mis compañeros en el jardín y por la noche bailaba en el gran salón. Alrededor del jardín se alzaba una muralla altísima, pero nunca me preocupó lo que había detrás de ella, pues todo cuanto me rodeaba era hermosísimo. Mis cortesanos me llamaban el Príncipe Feliz y, realmente, era yo feliz, si es que el placer es la felicidad. Así viví y así morí y ahora que estoy muerto me han elevado tanto, que puedo ver todas las fealdades y todas las miserias de mi ciudad, y aunque mi corazón sea de plomo, no me queda más recurso que llorar.

«¡Cómo! ¿No es de oro de buena ley?», pensó la Golondrina para sus adentros, pues estaba demasiado bien educada para hacer ninguna observación en voz alta sobre las personas.

-Allí abajo -continuó la estatua con su voz baja y musical-, allí abajo, en una callejuela, hay una pobre vivienda. Una de sus ventanas está abierta y por ella puedo ver a una mujer sentada ante una mesa. Su rostro está enflaquecido y ajado. Tiene las manos hinchadas y enrojecidas, llenas de pinchazos de la aguja, porque es costurera. Borda pasionarias sobre un vestido de raso que debe lucir, en el próximo baile de corte, la más bella de las damas de honor de la Reina. Sobre un lecho, en el rincón del cuarto, yace su hijito enfermo. Tiene fiebre y pide naranjas. Su madre no puede darle más que agua del río. Por eso llora. Golondrina, Golondrinita, ¿no quieres llevarle el rubí del puño de mi espada? Mis pies están sujetos al pedestal, y no me puedo mover.

-Me esperan en Egipto -respondió la Golondrina-. Mis amigas revolotean de aquí para allá sobre el Nilo y charlan con los grandes lotos. Pronto irán a dormir al sepulcro del Gran Rey. El mismo Rey está allí en su caja de madera, envuelto en una tela amarilla y embalsamado con sustancias aromáticas. Tiene una cadena de jade verde pálido alrededor del cuello y sus manos son como unas hojas secas.

-Golondrina, Golondrina, Golondrinita - dijo el Príncipe-, ¿no te quedarás conmigo una noche y serás mi mensajera? ¡Tiene tanta sed el niño y tanta tristeza la madre!

-No creo que me agraden los niños -contestó la Golondrina-. El invierno último, cuando vivía yo a orillas del río, dos muchachos mal educados, los hijos del molinero, no paraban un momento en tirarme piedras. Claro es que no me alcanzaban. Nosotras las golondrinas volamos demasiado bien para eso y además yo pertenezco a una familia célebre por su agilidad; mas, a pesar de todo, era una falta de respeto.

Pero la mirada del Príncipe Feliz era tan triste que la Golondrinita se quedó apenada.

-Mucho frío hace aquí -le dijo-; pero me quedaré una noche con vos y seré vuestra mensajera.

-Gracias, Golondrinita -respondió el Príncipe.

Entonces la Golondrinita arrancó el gran rubí de la espada del Príncipe y, llevándolo en el pico, voló sobre los tejados de la ciudad.

Pasó sobre la torre de la catedral, donde había unos ángeles esculpidos en mármol blanco.

Pasó sobre el palacio real y oyó la música de baile.

Una bella muchacha apareció en el balcón con su novio.

-¡Qué hermosas son las estrellas -la dijo- y qué poderosa es la fuerza del amor!

-Querría que mi vestido estuviese acabado para el baile oficial -respondió ella-. He mandado bordar en él unas pasionarias ¡pero son tan perezosas las costureras!

Pasó sobre el río y vio los fanales colgados en los mástiles de los barcos. Pasó sobre el gueto y vio a los judíos viejos negociando entre ellos y pesando monedas en balanzas de cobre.

Al fin llegó a la pobre vivienda y echó un vistazo dentro. El niño se agitaba febrilmente en su camita y su madre habíase quedado dormida de cansancio.

La Golondrina saltó a la habitación y puso el gran rubí en la mesa, sobre el dedal de la costurera. Luego revoloteó suavemente alrededor del lecho, abanicando con sus alas la cara del niño.

-¡Qué fresco más dulce siento! -murmuró el niño-. Debo estar mejor.

Y cayó en un delicioso sueño.

Entonces la Golondrina se dirigió a todo vuelo hacia el Príncipe Feliz y le contó lo que había hecho.

-Es curioso -observa ella-, pero ahora casi siento calor, y sin embargo, hace mucho frío.

Y la Golondrinita empezó a reflexionar y entonces se durmió. Cuantas veces reflexionaba se dormía.

Al despuntar el alba voló hacia el río y tomó un baño.

-¡Notable fenómeno! -exclamó el profesor de ornitología que pasaba por el puente-. ¡Una golondrina en invierno!

Y escribió sobre aquel tema una larga carta a un periódico local.

Todo el mundo la citó. ¡Estaba plagada de palabras que no se podían comprender!...

-Esta noche parto para Egipto -se decía la Golondrina.

Y sólo de pensarlo se ponía muy alegre.

Visitó todos los monumentos públicos y descansó un gran rato sobre la punta del campanario de la iglesia.

Por todas parte adonde iba piaban los gorriones, diciéndose unos a otros:

-¡Qué extranjera más distinguida!

Y esto la llenaba de gozo. Al salir la luna volvió a todo vuelo hacia el Príncipe Feliz.

-¿Tenéis algún encargo para Egipto? -le gritó-. Voy a emprender la marcha.

-Golondrina, Golondrina, Golondrinita -dijo el Príncipe-, ¿no te quedarás otra noche conmigo?

-Me esperan en Egipto -respondió la Golondrina-. Mañana mis amigas volarán hacia la segunda catarata. Allí el hipopótamo se acuesta entre los juncos y el dios Memnón se alza sobre un gran trono de granito. Acecha a las estrellas durante la noche y cuando brilla Venus, lanza un grito de alegría y luego calla. A mediodía, los rojizos leones bajan a beber a la orilla del río. Sus ojos son verdes aguamarinas y sus rugidos más atronadores que los rugidos de la catarata.

-Golondrina, Golondrina, Golondrinita -dijo el Príncipe-, allá abajo, al otro lado de la ciudad, veo a un joven en una buhardilla. Está inclinado sobre una mesa cubierta de papeles y en un vaso a su lado hay un ramo de violetas marchitas. Su pelo es negro y rizoso y sus labios rojos como granos de granada. Tiene unos grandes ojos soñadores. Se esfuerza en terminar una obra para el director del teatro, pero siente demasiado frío para escribir más. No hay fuego ninguno en el aposento y el hambre le ha rendido.

-Me quedaré otra noche con vos -dijo la Golondrina, que tenía realmente buen corazón-. ¿Debo llevarle otro rubí?

-¡Ay! No tengo más rubíes -dijo el Príncipe-. Mis ojos es lo único que me queda. Son unos zafiros extraordinarios traídos de la India hace un millar de años. Arranca uno de ellos y llévaselo. Lo venderá a un joyero, se comprará alimento y combustible y concluirá su obra.

-Amado Príncipe -dijo la Golondrina-, no puedo hacer eso.

Y se puso a llorar.

-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -dijo el Príncipe-. Haz lo que te pido.

Entonces la Golondrina arrancó el ojo del Príncipe y voló hacia la buhardilla del estudiante. Era fácil penetrar en ella porque había un agujero en el techo. La Golondrina entró por él como una flecha y se encontró en la habitación.

El joven tenía la cabeza hundida en las manos. No oyó el aleteo del pájaro y cuando levantó la cabeza, vio el hermoso zafiro colocado sobre las violetas marchitas.

-Empiezo a ser estimado -exclamó-. Esto proviene de algún rico admirador. Ahora ya puedo terminar la obra.

Y parecía completamente feliz.

Al día siguiente la Golondrina voló hacia el puerto.

Descansó sobre el mástil de un gran navío y contempló a los marineros que sacaban enormes cajas de la cala tirando de unos cabos.

-¡Ah, iza! -gritaban a cada caja que llegaba al puente.

-¡Me voy a Egipto! -les gritó la Golondrina.

Pero nadie le hizo caso, y al salir la luna, volvió hacia el Príncipe Feliz.

-He venido para deciros adiós -le dijo.

-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -exclamó el Príncipe-. ¿No te quedarás conmigo una noche más?

-Es invierno -replicó la Golondrina- y pronto estará aquí la nieve glacial. En Egipto calienta el sol sobre las palmeras verdes. Los cocodrilos, acostados en el barro, miran perezosamente a los árboles, a orillas del río. Mis compañeras construyen nidos en el templo de Baalbeck. Las palomas rosadas y blancas las siguen con los ojos y se arrullan. Amado Príncipe, tengo que dejaros, pero no os olvidaré nunca y la primavera próxima os traeré de allá dos bellas piedras preciosas con que sustituir las que disteis. El rubí será más rojo que una rosa roja y el zafiro será tan azul como el océano.

-Allá abajo, en la plazoleta -contestó el Príncipe Feliz-, tiene su puesto una niña vendedora de cerillas. Se le han caído las cerillas al arroyo, estropeándose todas. Su padre le pegará si no lleva algún dinero a casa, y está llorando. No tiene ni medias ni zapatos y lleva la cabecita al descubierto. Arráncame el otro ojo, dáselo y su padre no le pegará.

-Pasaré otra noche con vos -dijo la Golondrina-, pero no puedo arrancaros el ojo porque entonces os quedaríais ciego del todo.

-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -dijo el Príncipe-. Haz lo que te mando.

Entonces la Golondrina volvió de nuevo hacia el Príncipe y emprendió el vuelo llevándoselo.

Se posó sobre el hombro de la vendedorcita de cerillas y deslizó la joya en la palma de su mano.

-¡Qué bonito pedazo de cristal! -exclamó la niña, y corrió a su casa muy alegre.

Entonces la Golondrina volvió de nuevo hacia el Príncipe.

- Ahora estáis ciego. Por eso me quedaré con vos para siempre.

-No, Golondrinita -dijo el pobre Príncipe-. Tienes que ir a Egipto.

-Me quedaré con vos para siempre -dijo la Golondrina.

Y se durmió entre los pies del Príncipe. Al día siguiente se colocó sobre el hombro del Príncipe y le refirió lo que habla visto en países extraños.

Le habló de los ibis rojos que se sitúan en largas filas a orillas del Nilo y pescan a picotazos peces de oro; de la esfinge, que es tan vieja como el mundo, vive en el desierto y lo sabe todo; de los mercaderes que caminan lentamente junto a sus camellos, pasando las cuentas de unos rosarios de ámbar en sus manos; del rey de las montañas de la Luna, que es negro como el ébano y que adora un gran bloque de cristal; de la gran serpiente verde que duerme en una palmera y a la cual están encargados de alimentar con pastelitos de miel veinte sacerdotes; y de los pigmeos que navegan por un gran lago sobre anchas hojas aplastadas y están siempre en guerra con las mariposas.

-Querida Golondrinita -dijo el Príncipe-, me cuentas cosas maravillosas, pero más maravilloso aún es lo que soportan los hombres y las mujeres. No hay misterio más grande que la miseria. Vuela por mi ciudad, Golondrinita, y dime lo que veas.

Entonces la Golondrinita voló por la gran ciudad y vio a los ricos que se festejaban en sus magníficos palacios, mientras los mendigos estaban sentados a sus puertas.

Voló por los barrios sombríos y vio las pálidas caras de los niños que se morían de hambre, mirando con apatía las calles negras.

Bajo los arcos de un puente estaban acostados dos niñitos abrazados uno a otro para calentarse.

-¡Qué hambre tenemos! -decían.

-¡No se puede estar tumbado aquí! -les gritó un guardia.

Y se alejaron bajo la lluvia.

Entonces la Golondrina reanudó su vuelo y fue a contar al Príncipe lo que había visto.

-Estoy cubierto de oro fino -dijo el Príncipe-; despréndelo hoja por hoja y dáselo a mis pobres. Los hombres creen siempre que el oro puede hacerlos felices.

Hoja por hoja arrancó la Golondrina el oro fino hasta que el Príncipe Feliz se quedó sin brillo ni belleza.

Hoja por hoja lo distribuyó entre los pobres, y las caritas de los niños se tornaron nuevamente sonrosadas y rieron y jugaron por la calle.

-¡Ya tenemos pan! -gritaban.

Entonces llegó la nieve y después de la nieve el hielo.

Las calles parecían empedradas de plata por lo que brillaban y relucían.

Largos carámbanos, semejantes a puñales de cristal, pendían de los tejados de las casas. Todo el mundo se cubría de pieles y los niños llevaban gorritos rojos y patinaban sobre el hielo.

La pobre Golondrina tenía frío, cada vez más frío, pero no quería abandonar al Príncipe: le amaba demasiado para hacerlo.

Picoteaba las migas a la puerta del panadero cuando éste no la veía, e intentaba calentarse batiendo las alas.

Pero, al fin, sintió que iba a morir. No tuvo fuerzas más que para volar una vez más sobre el hombro del Príncipe.

-¡Adiós, amado Príncipe! -murmuró-. Permitid que os bese la mano.

-Me da mucha alegría que partas por fin para Egipto, Golondrina -dijo el Príncipe-. Has permanecido aquí demasiado tiempo. Pero tienes que besarme en los labios porque te amo.

-No es a Egipto adonde voy a ir -dijo la Golondrina-. Voy a ir a la morada de la Muerte. La Muerte es hermana del Sueño, ¿verdad?

Y besando al Príncipe Feliz en los labios, cayó muerta a sus pies.

En el mismo instante sonó un extraño crujido en el interior de la estatua, como si se hubiera roto algo.

El hecho es que la coraza de plomo se habla partido en dos. Realmente hacia un frío terrible.

A la mañana siguiente, muy temprano, el alcalde se paseaba por la plazoleta con dos concejales de la ciudad.

Al pasar junto al pedestal, levantó sus ojos hacia la estatua.

-¡Dios mío! -exclamó-. ¡Qué andrajoso parece el Príncipe Feliz!

-¡Sí, está verdaderamente andrajoso! -dijeron los concejales de la ciudad, que eran siempre de la opinión del alcalde.

Y levantaron ellos mismos la cabeza para mirar la estatua.

-El rubí de su espada se ha caído y ya no tiene ojos, ni es dorado -dijo el alcalde- En resumidas cuentas, que está lo mismo que un pordiosero.

-¡Lo mismo que un pordiosero! -repitieron a coro los concejales.

-Y tiene a sus pies un pájaro muerto -prosiguió el alcalde-. Realmente habrá que promulgar un bando prohibiendo a los pájaros que mueran aquí.

Y el secretario del Ayuntamiento tomó nota para aquella idea.

Entonces fue derribada la estatua del Príncipe Feliz.

-¡Al no ser ya bello, de nada sirve! -dijo el profesor de estética de la Universidad.

Entonces fundieron la estatua en un horno y el alcalde reunió al Concejo en sesión para decidir lo que debía hacerse con el metal.

-Podríamos -propuso- hacer otra estatua. La mía, por ejemplo.

-O la mía -dijo cada uno de los concejales.

Y acabaron disputando.

-¡Qué cosa más rara! -dijo el oficial primero de la fundición-. Este corazón de plomo no quiere fundirse en el horno; habrá que tirarlo como desecho.

Los fundidores lo arrojaron al montón de basura en que yacía la golondrina muerta.

-Tráeme las dos cosas más preciosas de la ciudad -dijo Dios a uno de sus ángeles.

Y el ángel se llevó el corazón de plomo y el pájaro muerto.

-Has elegido bien -dijo Dios-. En mi jardín del Paraíso este pajarillo cantará eternamente, y en mi ciudad de oro el Príncipe Feliz repetirá mis alabanzas.

martes, 18 de diciembre de 2012

Monocromo

Hablando con un gran amigo el otro dia me quedé pensando sobre el tema de la conversación hasta hoy, los errores.

Nunca he tenido problema en perdonar los errores  de los demás, es más, hasta querer mas por ellos e intentar ayudar pero, con los mios, con los mios es otra historia...
Soy incapaz de soportar mis errores de cometerlos sin castigarme de forma continua y perpetua. Aun asi, dentro de mis errores puedo distinguir claramente dos tipos:

Los primeros son los que mas o menos he ido aceptando, aquellos en los que hice algo equivocado pero al menos lo hice.
Los segundos son los que me queman cada día y cada hora, en los que ne quedé parado viendo el mundo pasar y es que...

Con almohada y techo mantuve monologos
que cada día desde entonces el sueño no lo retomo, no
todo paso pero no se porque ni como
no supe ni reaccionar
mejor cuidar lo que tienes
nada quedará te marcharas como vienes
solo espero al final poder decir
que siempre yo lo di todo por ti.



domingo, 16 de diciembre de 2012

Ciegos de lo que queremos

Conozco a mucha gente que adora el sol. Con sol se ve bien, su calor te abraza y su luz te ilumina el camino, todo es facil con sol. Dan ganas de salir y todo sale solo.
Conozco a mucha gente que adora la lluvia. La lluvia se siente en la cara, en las manos. Los rayos iluminan el camino y los truenos llenan tus oidos. Dan ganas de correr descalzo.
Conozco a mucha gente que adora la nieve. Con la nieve todo es divertido, su frio en las manos y su brillo en tus ojos. Dan ganas de jugar sin pensar en nada.
Conozco a...conozco a poca gente que le guste la niebla...

Me gusta la niebla. El vapor de agua de la niebla cubre tu piel y pierdes tu tacto. La distintas capas de bruma hacen imposible que tus ojos vean. La densidad formada hace mucho mas dificil que los sonidos viajen haciendo sordos tus oidos. Todo huele a agua y tierra para tu nariz cuando hay niebla y..bueno...nunca he intentado morderla pero para todo, Todo, hay una primera vez.

Aun así, avanzamos en la niebla. Sin vista, ni olfato, ni oido, ni tacto...cuando avanzamos en la niebla nos mueve algo mucho mas grande que eso. Vemos lo que nos negabamos a ver, sentimos lo que nos prohibiamos sentir, olemos cada aroma de recuerdos y oimos, oimos lo que nuestra voz interior nos suele susurrar...Cuando avanzamos en la niebla somos nosotros, eligiendo lo dificil cuando pudo ser mas cómodo.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

La fábula del tonto que sabía lo que hacer y lo que no.



"Nadie se acercaba a los caminos de ese bosque, todos sabían lo que alli les esperaba. Las Leyendas eran claras, los pocos idiotas que se habían adentrado regresarón locos, ciegos, mudos, sordos y los pocos dias se convertían en polvo y arena como si su corazón nunca hubíera latido...pero El...El era diferente, había crecido en ese bosque, le habían enseñado a tenerle miedo pero su curiosidad siempre fue mas fuerte. Aunque siempre lo intentaba evitar terminaba por alejarse de los caminos tratando de encontrar lo que unos cuantos tontos buscaron...un reflejo en el agua...un sonido en un árbol...unos ojos Vivos en la noche...señales que le aterraban pero avivaban el fuego de su Curiosidad. Algunos lo llamaban "demonio", "leyenda" otros tantos, lo que era seguro es que en ese lago había algo que nadie entendía.

No puedo aguantar más y siguió el camino que algunos tomaron...y del que pocos regresaron. Con la seguridad del que sabe que esta buscando su destino y el miedo del que se sabe indigno de el encontró una tabla en un gigantesco árbol: "Aunque hayas llegado lejos, pasar de aquí exige un pago, si atraviesas estas lindes nunca mas tu voz será escuchada" No sin cierto miedo, continuo seguro su camino sin emitir ni un solo sonido hasta que llego a un cruce de caminos separado por una enorme piedra, la piedra tenía un mensaje tallado "Siempre hay elección, si por la derecha sigues podrás volver a tu casa cantando. Si decides ir por la izquierda el camino será duro y tus ojos nunca más podrán mirar" No volver a ver le aterraba pero...sabía lo que tenía que hacer y con la vista nublada prosiguió con su rumbo.

No sabía si había caminado dias, horas...quizá meses, tropezando y sangrando con cada piedra del camino. De pronto sintió una corriente de aire y escuchó una voz "No des un paso más o está será la ultima voz que oigas" Está vez no hubo ni un instante de duda...sus pasos siguieron al mismo tempo.

A estas alturas había renunciado a volver a usar la espada, a ver un nuevo amanecer, había renunciado a su amada música y al placer de las palabras. Cuando pensaba que ya no tenía nada que perder notó agua en sus pies y una voz entró directamente en su cabeza: "Pocos necios llegan hasta aquí, un solo paso mas supondrá el final de tus latidos, de tu cordura y tus manos" Sonriente y de nuevo sin vacilar dio su último paso...su ultimo paso como ciego, sordo y mudo. Mientras sus ojos se acostumbraban a la luz oyó el ruido del agua, de los peces y las aves. Grito de alegría cuando sus ojos comenzaron a ver junto a el el puente que cruzaba el lago y lloró de emoción al ver esos ojos, los ojos del bosque, los ojos de la Dama que tantos vieron y tan pocos miraron, los ojos que ahora le miraban de arriba abajo sorprendidos...

El no podía parar de sonreír y empezó a hablar:

-Nadie puede sacrificar lo que no es suyo...¿Mi voz? Mi voz solo callaba si no podía decir tu nombre...¿Mis ojos? Dejaron de ser mios hace tiempo desde la primera vez que vi los tuyos, aquella mañana cuando era joven... ¿Mi oido? ¿De que me servía si no era para oir tu voz?...¿Mis manos? Carne muerta si no escriben por ti...¿Mi cordura? Eso fue lo más facil (dijo riendo) , nací sin ella y..¿Mis latidos?..Mis latidos te los regales mucho antes de entrar en este bosque..-

La Dama del Lago sonrió y justo en ese momento..."

Justo en ese momento Arturo despertó, como cada noche en los aposentos de su castillo...solo. El adorado rey, con su amante pueblo y su preciada espada soñaba cada noche con como sería todo...con como quería que hubiera sido si hubiera atravesado el bosque alguna vez pero...el era el Rey, solo podía permitirse pensarlo, soñarlo y continuar su camino sin acercarse al bosque, como todo el mundo esperaba, como era lo correcto y asi, como cada día, se levanto de su cama sin hablar a nadie...incapaz de fijarse en lo precioso de su reino, ignorando a cada cual que le hablaba...

sábado, 24 de noviembre de 2012

La casa por el tejado.

Dicen que basta 72 horas seguidas sin dormir para que nuestro cerebro empiece a reiniciarse, dicen que las personas que duermen menos de 4 horas al dia empiezan a perder el juicio. Cualquiera que me conozca sabe que yo no necesitaba no dormir, la locura venía marca de la casa pero si creemos lo que dicen, mi locura empezaba un Jueves 21 de Agosto de 2008. Un dia como cualquier otro. Un dia aburrido, la verdad, no paso nada. Vi la tele un rato y poco mas pero bueno, también en la televisión salen todos los vecinos diciendo "Paracia muy normal, saludaba siempre muy amable" despues de un triple crimen...los caminos del cerebo siempre se me han escapado...El caso es que esa noche la pasaba en el piso de abajo, mi hermano estaba de viaje e invadí su territorio. Tras ver una pélicula y jugar a la play llegaba el momento de dormir...o al menos debería. Ese día saltó el clic, no podía dormirme. Tras varias horas comiendo techo comencé a caminar por el piso y como no...ironía de la vida, encontre "El sueño de una noche de Verano" en la tercera estantería empezando por la izquierda, en el segundo estante, era el quinto libro empezando por la derecha.

Terminé ese libro esa misma noche, os lo recomiendo, es bastante cortito. Como la ironía es la nota dominante esa misma noche encontré sin querer "Romeo y Julieta" pero no quería hablar hoy de esto...

Desde ese día decidí dedicar esas multiples noches en vela a la lectura de clásicos. En mas de cuatro años ha habido una parte de una obra que es la que mas veces he repetido y con las que mas veces he soñado. Os la dejo por si quereis leerla...me he permitido algun cambio con todos los respetos a Gustavo Adolfo...despues de tantas veces vista, uno se toma ciertas confianzas...sin mas, sin comentarios chistosos, deseo que os guste:

Leyenda

"Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir cualquier cosa con este título. Hoy, que se me ha presentado ocasión, lo he puesto con letras grandes en la primera cuartilla de papel, y luego he dejado a capricho volar la pluma.
Yo creo que he visto unos ojos como los que he pintado en esta leyenda. No sé si en sueños, pero yo los he visto. De seguro no los podré describir tal cuales ellos eran: luminosos, transparentes como las gotas de la lluvia que se resbalan sobre las hojas de los árboles después de una tempestad de verano. De todos modos, cuento con la imaginación de mis lectores para hacerme comprender en este que pudiéramos llamar boceto de un cuadro que pintaré algún día.
I
-Herido va el ciervo..., herido va... no hay duda. Se ve el rastro de la sangre entre las zarzas del monte, y al saltar uno de esos lentiscos han flaqueado sus piernas... Nuestro joven señor comienza por donde otros acaban... En cuarenta años de montero no he visto mejor golpe... Pero, ¡por San Saturio, patrón de Soria!, cortadle el paso por esas carrascas, azuzad los perros, soplad en esas trompas hasta echar los hígados, y hundid a los corceles una cuarta de hierro en los ijares: ¿no veis que se dirige hacia la fuente de los Álamos y si la salva antes de morir podemos darlo por perdido?
Las cuencas del Moncayo repitieron de eco en eco el bramido de las trompas, el latir de la jauría desencadenada, y las voces de los pajes resonaron con nueva furia, y el confuso tropel de hombres, caballos y perros, se dirigió al punto que Iñigo, el montero mayor de los marqueses de Almenar, señalara como el más a propósito para cortarle el paso a la res.
Pero todo fue inútil. Cuando el más ágil de los lebreles llegó a las carrascas, jadeante y cubiertas las fauces de espuma, ya el ciervo, rápido como una saeta, las había salvado de un solo brinco, perdiéndose entre los matorrales de una trocha que conducía a la fuente.
-¡Alto!... ¡Alto todo el mundo! -gritó Iñigo entonces-. Estaba de Dios que había de marcharse.
Y la cabalgata se detuvo, y enmudecieron las trompas, y los lebreles dejaron refunfuñando la pista a la voz de los cazadores.
En aquel momento, se reunía a la comitiva el héroe de la fiesta, Fernando de Argensola, el primogénito de Almenar.
-¿Qué haces? -exclamó, dirigiéndose a su montero, y en tanto, ya se pintaba el asombro en sus facciones, ya ardía la cólera en sus ojos-. ¿Qué haces, imbécil? Ves que la pieza está herida, que es la primera que cae por mi mano, y abandonas el rastro y la dejas perder para que vaya a morir en el fondo del bosque. ¿Crees acaso que he venido a matar ciervos para festines de lobos?
-Señor -murmuró Iñigo entre dientes-, es imposible pasar de este punto.
-¡Imposible! ¿Y por qué?
-Porque esa trocha -prosiguió el montero- conduce a la fuente de los Álamos: la fuente de los Álamos, en cuyas aguas habita un espíritu del mal. El que osa enturbiar su corriente paga caro su atrevimiento. Ya la res habrá salvado sus márgenes. ¿Cómo la salvaréis vos sin atraer sobre vuestra cabeza alguna calamidad horrible? Los cazadores somos reyes del Moncayo, pero reyes que pagan un tributo. Fiera que se refugia en esta fuente misteriosa, pieza perdida.
-¡Pieza perdida! Primero perderé yo el señorío de mis padres, y primero perderé el ánima en manos de Satanás, que permitir que se me escape ese ciervo, el único que ha herido mi venablo, la primicia de mis excursiones de cazador... ¿Lo ves?... ¿Lo ves?... Aún se distingue a intervalos desde aquí; las piernas le fallan, su carrera se acorta; déjame..., déjame; suelta esa brida o te revuelvo en el polvo... ¿Quién sabe si no le daré lugar para que llegue a la fuente? Y si llegase, al diablo ella, su limpidez y sus habitadores. ¡Sus, Relámpago!; ¡sus, caballo mío! Si lo alcanzas, mando engarzar los diamantes de mi joyel en tu serreta de oro.
Caballo y jinete partieron como un huracán. Iñigo los siguió con la vista hasta que se perdieron en la maleza; después volvió los ojos en derredor suyo; todos, como él, permanecían inmóviles y consternados.
El montero exclamó al fin:
-Señores, vosotros lo habéis visto; me he expuesto a morir entre los pies de su caballo por detenerlo. Yo he cumplido con mi deber. Con el diablo no sirven valentías. Hasta aquí llega el montero con su ballesta; de aquí en adelante, que pruebe a pasar el capellán con su hisopo.
II
-Tenéis la color quebrada; andáis mustio y sombrío. ¿Qué os sucede? Desde el día, que yo siempre tendré por funesto, en que llegasteis a la fuente de los Álamos, en pos de la res herida, diríase que una mala bruja os ha encanijado con sus hechizos. Ya no vais a los montes precedido de la ruidosa jauría, ni el clamor de vuestras trompas despierta sus ecos. Sólo con esas cavilaciones que os persiguen, todas las mañanas tomáis la ballesta para enderezaros a la espesura y permanecer en ella hasta que el sol se esconde. Y cuando la noche oscurece y volvéis pálido y fatigado al castillo, en balde busco en la bandolera los despojos de la caza. ¿Qué os ocupa tan largas horas lejos de los que más os quieren?
Mientras Iñigo hablaba, Fernando, absorto en sus ideas, sacaba maquinalmente astillas de su escaño de ébano con un cuchillo de monte.
Después de un largo silencio, que sólo interrumpía el chirrido de la hoja al resbalar sobre la pulimentada madera, el joven exclamó, dirigiéndose a su servidor, como si no hubiera escuchado una sola de sus palabras:
-Iñigo, tú que eres viejo, tú que conoces las guaridas del Moncayo, que has vivido en sus faldas persiguiendo a las fieras, y en tus errantes excursiones de cazador subiste más de una vez a su cumbre, dime: ¿has encontrado, por acaso, una mujer que vive entre sus rocas?
-¡Una mujer! -exclamó el montero con asombro y mirándole de hito en hito.
-Sí -dijo el joven-, es una cosa extraña lo que me sucede, muy extraña... Creí poder guardar ese secreto eternamente, pero ya no es posible; rebosa en mi corazón y asoma a mi semblante. Voy, pues, a revelártelo... Tú me ayudarás a desvanecer el misterio que envuelve a esa criatura que, al parecer, sólo para mí existe, pues nadie la conoce, ni la ha visto, ni puede dame razón de ella.
El montero, sin despegar los labios, arrastró su banquillo hasta colocarse junto al escaño de su señor, del que no apartaba un punto los espantados ojos... Éste, después de coordinar sus ideas, prosiguió así:
-Desde el día en que, a pesar de sus funestas predicciones, llegué a la fuente de los Álamos, y, atravesando sus aguas, recobré el ciervo que vuestra superstición hubiera dejado huir, se llenó mi alma del deseo de soledad.
Tú no conoces aquel sitio. Mira: la fuente brota escondida en el seno de una peña, y cae, resbalándose gota a gota, por entre las verdes y flotantes hojas de las plantas que crecen al borde de su cuna. Aquellas gotas, que al desprenderse brillan como puntos de oro y suenan como las notas de un instrumento, se reúnen entre los céspedes y, susurrando, susurrando, con un ruido semejante al de las abejas que zumban en torno a las flores, se alejan por entre las arenas y forman un cauce, y luchan con los obstáculos que se oponen a su camino, y se repliegan sobre sí mismas, saltan, y huyen, y corren, unas veces con risas; otras, con suspiros, hasta caer en un lago. En el lago caen con un rumor indescriptible. Lamentos, palabras, nombres, cantares, yo no sé lo que he oído en aquel rumor cuando me he sentado solo y febril sobre el peñasco a cuyos pies saltan las aguas de la fuente misteriosa, para estancarse en una balsa profunda cuya inmóvil superficie apenas riza el viento de la tarde.
Todo allí es grande. La soledad, con sus mil rumores desconocidos, vive en aquellos lugares y embriaga el espíritu en su inefable melancolía. En las plateadas hojas de los álamos, en los huecos de las peñas, en las ondas del agua, parece que nos hablan los invisibles espíritus de la Naturaleza, que reconocen un hermano en el inmortal espíritu del hombre.
Cuando al despuntar la mañana me veías tomar la ballesta y dirigirme al monte, no fue nunca para perderme entre sus matorrales en pos de la caza, no; iba a sentarme al borde de la fuente, a buscar en sus ondas... no sé qué, ¡una locura! El día en que saltó sobre ella mi Relámpago, creí haber visto brillar en su fondo una cosa extraña.., muy extraña..: los ojos de una mujer.
Tal vez sería un rayo de sol que serpenteó fugitivo entre su espuma; tal vez sería una de esas flores que flotan entre las algas de su seno y cuyos cálices parecen esmeraldas...; no sé; yo creí ver una mirada que se clavó en la mía, una mirada que encendió en mi pecho un deseo absurdo, irrealizable: el de encontrar una persona con unos ojos como aquellos. En su busca fui un día y otro a aquel sitio.
Por último, una tarde... yo me creí juguete de un sueño...; pero no, es verdad; le he hablado ya muchas veces como te hablo a ti ahora...; una tarde encontré sentada en mi puesto, vestida con unas ropas que llegaban hasta las aguas y flotaban sobre su haz, una mujer hermosa sobre toda ponderación. Sus cabellos eran como puro bronce; sus pestañas brillaban como hilos de luz, y entre las pestañas volteaban inquietas unas pupilas que yo había visto..., sí, porque los ojos de aquella mujer eran los ojos que yo tenía clavados en la mente, unos ojos de un color imposible, unos ojos...
-¡Verdes! -exclamó Iñigo con un acento de profundo terror e incorporándose de un golpe en su asiento.
Fernando lo miró a su vez como asombrado de que concluyese lo que iba a decir, y le preguntó con una mezcla de ansiedad y de alegría:
-¿La conoces?
-¡Oh, no! -dijo el montero-. ¡Líbreme Dios de conocerla! Pero mis padres, al prohibirme llegar hasta estos lugares, me dijeron mil veces que el espíritu, trasgo, demonio o mujer que habita en sus aguas tiene los ojos de ese color. Yo os conjuro por lo que más améis en la tierra a no volver a la fuente de los álamos. Un día u otro os alcanzará su venganza y expiaréis, muriendo, el delito de haber encenagado sus ondas.
-¡Por lo que más amo! -murmuró el joven con una triste sonrisa.
-Sí -prosiguió el anciano-; por vuestros padres, por vuestros deudos, por las lágrimas de la que el Cielo destina para vuestra esposa, por las de un servidor, que os ha visto nacer.
-¿Sabes tú lo que más amo en el mundo? ¿Sabes tú por qué daría yo el amor de mi padre, los besos de la que me dio la vida y todo el cariño que pueden atesorar todas las mujeres de la tierra? Por una mirada, por una sola mirada de esos ojos... ¡Mira cómo podré dejar yo de buscarlos!
Dijo Fernando estas palabras con tal acento, que la lágrima que temblaba en los párpados de Iñigo se resbaló silenciosa por su mejilla, mientras exclamó con acento sombrío:
-¡Cúmplase la voluntad del Cielo!
III
-¿Quién eres tú? ¿Cuál es tu patria? ¿En dónde habitas? Yo vengo un día y otro en tu busca, y ni veo el corcel que te trae a estos lugares ni a los servidores que conducen tu litera. Rompe de una vez el misterioso velo en que te envuelves como en una noche profunda. Yo te amo, y, noble o villana, seré tuyo, tuyo siempre.
El sol había traspuesto la cumbre del monte; las sombras bajaban a grandes pasos por su falda; la brisa gemía entre los álamos de la fuente, y la niebla, elevándose poco a poco de la superficie del lago, comenzaba a envolver las rocas de su margen.
Sobre una de estas rocas, sobre la que parecía próxima a desplomarse en el fondo de las aguas, en cuya superficie se retrataba, temblando, el primogénito Almenar, de rodillas a los pies de su misteriosa amante, procuraba en vano arrancarle el secreto de su existencia.
Ella era hermosa, hermosa y pálida como una estatua de alabastro. Y uno de sus rizos caía sobre sus hombros, deslizándose entre los pliegues del velo como un rayo de sol que atraviesa las nubes, y en el cerco de sus pestañas rubias brillaban sus pupilas como dos esmeraldas sujetas en una joya de oro.
Cuando el joven acabó de hablarle, sus labios se removieron como para pronunciar algunas palabras; pero exhalaron un suspiro, un suspiro débil, doliente, como el de la ligera onda que empuja una brisa al morir entre los juncos.
-¡No me respondes! -exclamó Fernando al ver burlada su esperanza-. ¿Querrás que dé crédito a lo que de ti me han dicho? ¡Oh, no!... Háblame; yo quiero saber si me amas; yo quiero saber si puedo amarte, si eres una mujer...
-O un demonio... ¿Y si lo fuese?
El joven vaciló un instante; un sudor frío corrió por sus miembros; sus pupilas se dilataron al fijarse con más intensidad en las de aquella mujer, y fascinado por su brillo fosfórico, demente casi, exclamó en un arrebato de amor:
-Si lo fueses.:., te amaría..., te amaría como te amo ahora, como es mi destino amarte, hasta más allá de esta vida, si hay algo más de ella.
-Fernando -dijo la hermosa entonces con una voz semejante a una música-, yo te amo más aún que tú me amas; yo, que desciendo hasta un mortal siendo un espíritu puro. No soy una mujer como las que existen en la Tierra; soy una mujer digna de ti, que eres superior a los demás hombres. Yo vivo en el fondo de estas aguas, incorpórea como ellas, fugaz y transparente: hablo con sus rumores y ondulo con sus pliegues. Yo no castigo al que osa turbar la fuente donde moro; antes lo premio con mi amor, como a un mortal superior a las supersticiones del vulgo, como a un amante capaz de comprender mi caso extraño y misterioso.
Mientras ella hablaba así, el joven absorto en la contemplación de su fantástica hermosura, atraído como por una fuerza desconocida, se aproximaba más y más al borde de la roca.
La mujer de los ojos verdes prosiguió así:
-¿Ves, ves el límpido fondo de este lago? ¿Ves esas plantas de largas y verdes hojas que se agitan en su fondo?... Ellas nos darán un lecho de esmeraldas y corales..., y yo..., yo te daré una felicidad sin nombre, esa felicidad que has soñado en tus horas de delirio y que no puede ofrecerte nadie... Ven; la niebla del lago flota sobre nuestras frentes como un pabellón de lino...; las ondas nos llaman con sus voces incomprensibles; el viento empieza entre los álamos sus himnos de amor; ven..., ven.
La noche comenzaba a extender sus sombras; la luna rielaba en la superficie del lago; la niebla se arremolinaba al soplo del aire, y los ojos verdes brillaban en la oscuridad como los fuegos fatuos que corren sobre el haz de las aguas infectas... Ven, ven... Estas palabras zumbaban en los oídos de Fernando como un conjuro. Ven... y la mujer misteriosa lo llamaba al borde del abismo donde estaba suspendida, y parecía ofrecerle un beso..., un beso...
Fernando dio un paso hacía ella..., otro..., y sintió unos brazos delgados y flexibles que se liaban a su cuello, y una sensación fría en sus labios ardorosos, un beso de nieve..., y vaciló..., y perdió pie, y cayó al agua con un rumor sordo y lúgubre.
Las aguas saltaron en chispas de luz y se cerraron sobre su cuerpo, y sus círculos de plata fueron ensanchándose, ensanchándose hasta expirar en las orillas."

Siempre fui un obseso de la puntualidad, llegué tarde a todo lo importante.

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
Me estoy fabricando un precioso anillo, he conseguido uno de los mejores diamantes posibles, quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total y que ayude a mis herederos y a los herederos de mis herederos para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos, podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total. Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.

El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y éste sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó, y éste le dijo: No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje, durante mi larga vida en el palacio, me he encontrado con todo tipo de gente y en una ocasión me encontré con un místico, era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio, cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje, el anciano lo escribió en papel, lo dobló y se lo dio al rey. Pero no lo leas -le dijo-, mantenlo escondido en el anillo, ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres ninguna salida a la situación.

Ese momento no tardó en llegar, el país fue invadido y el rey perdió el reino, estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían, estaba solo y los perseguidores eran numerosos, llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida, enfrente había un precipicio y un profundo valle, caer por el sería el fin, y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino, ya podía escuchar el trotar de los caballos, no podía seguir hacia adelante y no había ningún otro camino. De repente, se acordó del anillo, lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso, simplemente decía: “ESTO TAMBIEN PASARA”, Mientras lo leía, sintió que se cernía sobre él un gran silencio.

Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido, aquellas palabras habían resultado milagrosas, dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos, reconquistó el reino, y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital, hubo una gran celebración con música, bailes, y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.

El anciano estaba a su lado y le dijo: Este momento también es adecuado, vuelve a mirar el mensaje.
-¿Qué quieres decir?, ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
-Escucha, este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras, no es sólo para cuando estás derrotado, también es para cuando te sientes victorioso, no es sólo para cuando eres el último, también es para cuando eres el primero.
-El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “ESTO TAMBIEN PASARA”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje, Se había iluminado.

Entonces el anciano le dijo: Recuerda que todo pasa, ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes, como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza, acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

martes, 20 de noviembre de 2012

Granos de arena.

El niquel es un elemento químico de número atómico 28. Como curiosidad os contaré que recibe este nombre por un motivo algo extraño. Durante siglos los orfebres (te toca buscar significado en google) intentaron trabajar ciertos minerales de cobre sin éxito. Como tradición en el gremio, se decia que la culpa la tenia el Viejo Nick como llamaban al diablo. En 1751 Cronstedt descubrió que era un mineral metálico blanquecino el que hacia imposible el trabajo y lo llamo Niquel.

Soy alergico al niquel, no puedo tener ciertas monedas mucho tiempo en la mano y funciono como un detector de joyas falsas. La mayoría de relojes llevan niquel, es ponermelos y en un dia tengo la marca roja durante dias, eso unido a lo incomodo que me resultan ha hecho que nunca los utilice.

Esto me hace pensar en la gente que lleva reloj. Esta gente, de media, pasa un minuto al dia mirando la hora. Esto supone siete minutos a la semana...una media hora al mes. En un año pasarán seis horas...Cada cuatro años pasarán un día mirando su muñeca...

Cada dia tengo mas claro que basta con querer controlar algo para ver de cerca como lo pierdes.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Who I am Who I’m not, and who I want to be.

Newton...a este no le presento, optimicemos tiempo y espacio. Además de sus famosas leyes este caballero destaco como: físico, filosofo, teólogo, inventor, alquimista, matemático...como se nota que no habia teles por aquella época, le dan un rato mas y se hace striper, jugador de dardos, animadora de volley, cocinero...a este no le regalaron un balón de pequeño eso seguro.

Bueno, el colega Isaac es considerado el científico mas importante de todos los tiempos por una de esas revistas que ninguno leemos pero que queda cojonudo citar como fuente. Como todos sabemos, en este mundo no eres nadie si no te marcas una frase de esas chulas que siglos despues gente que no sabe ni quien fuiste puede twittear y quedar como un genio, esta no es una excepción atentos a la frasaca: "Divisé tan lejos, porque trepé a hombros de gigantes"  en una clara referencia a las grandes mentes anteriores como Copérnico, Kepler o Galileo. Esta frase motivo a otros grandes científicos a hacer grandes cosas incluso dio nombre a un programa científico en la radio española. Hasta aquí todo precioso pero como suele pasar...las cosas no son lo que parecen. Resulta que Newton se llevaba bastante mal con Robert Hooke (el de la ley de la elasticidad por si te ubico un poco..ya sabes lo de tenemos un muelle que soporta una carga q, calcula la deformación y...bueno eso) y además de una forma un poco injusta puesto que el Sir (Me refiero a Newton, que tiene la condecoración de Sir porque me quedaba sin pronombres para referirme a él, que hay que explicarlo todo) le había robado de forma directa teorías a Hooke de las cartas que este le mandaba. Esto no sentó muy bien a Hooke que le puso de cabrón pa'rriba...

 ¿Que tiene que ver la frase no? Hooke era bajito y bastante contrahecho. Newton un cachondo cabroncete que consiguio que un insulto directo pase a la historia como una gran frase de agradecimiento y motivación. Esto me hace pensar dos cositas:

La primera es que nadie es perfecto, todos metemos la pata, hasta Newton que tiene cara de no haber cagado en la vida.


La segunda y más importante, incluso cuando tu motivación es erronea, cuando tus bases se caen, incluso cuando entendiste mal tu salida puedes llegar a un gran final. No pienses en porqués y dedicate a tus comos. Una meta grandiosa no siempre empezó con un arranque épico pero si que llegó con un camino glorioso.




miércoles, 14 de noviembre de 2012

Carameloraro

Hoy os voy a contar un cúmulo de historias, os pido que llegueis al final antes de juzgarme...como viene siendo habitual.

La primera es la historia de un señor natural del pais donde la gente no mira....sospecha, Japón. Satoshi Tajiri es un señor muy majo que nació en Tokyo a mediados del siglo pasado. Era fan de la caza y observación de insectos, esto unido a su nombre ridiculo y la cara de frikazo de manual que se marcaba lo convirtió (imagino yo sin ninguna fuente) en un marginado social de proporciones legendarias. Todo estó empezó a encajar cuando le diagnosticaron sindrome de Asperger....Poco despues comenzo a trabjar en una tal Game Freak, una empresa por aquel entonces no demasiado grande. Casualidades de la vida al hombretón en cuestión se le ocurrió la brillante idea de crear a unos bichos de colores que peleaban entre si, la imaginación de los creativos japoneses es conocida en todo el mundo y de  "Pocket Monsters" los llamaron pokemón.

Aparcaremos esta historia para hablar de otra no menos interesante o al menos no con más sentido. Salcedo es una población de Asturias situada en el concejo de Navia. Fue una zona bastante castigada por la Guerra Civil pero, al ser tierra de labranza, nunca pasarón hambre. Si preguntas a cualquier ciudadano de Salcedo, como buen asturiano te dirá que tienen de todo y es un lugar muy grande mientras te invita a su casa a comer y beber en cantidades que te podrian hacer devolver durante 2 semanas de forma continua...si mirases la población verías que suman 37 vecinos y que el número de animales de pasto y corral supone un 678% más que el de personas.

Aparcamos de nuevo esta historia para llegar a la última, animo tu sigue leyendo como los niños mayores que como en todo, lo mas dificil es empezar luego sale todo solo...hablaré de Caleb Bradhman. Aunque tenga nombre de nigromante de tercer nivel, experto jugador del WOW parece ser que era farmaceutico e invento un tónico para aliviar dolores de estomago al que llamo pepsi...perdón peshi (soy un caballero siempre pendiente de mis paisanos de MadriZ y nuestras carencias al hablar). Tras una quiebra su empresa (PepsiCO) es actualmente una de las mas fuertes del mundo con refrescos, alimentación y snacks entre los que se inluyen las tortas de maiz Doritos desde la decada de los 90.

En este momento, aunque estes acostumbrado a leerme espero haberte dejado descolocado, si no es asi debería hundirme porque lo llevaba planificando bastante tiempo. ¿A donde quieres llegar? Allá va. Aqui viene mi mejor giro argumental, meses hablando sobre ironías de la vida para poder concluir el ciclo con esto, la mayor de las ironías.

Es casualidad que veas un capítulo de Pokemon un miercoles a las 18:00 en primero de las ESO y te encante la serie. Es mas casualidad que PepsiCo firme un contrato de patrocinio con pokemon y empiece a suministrar tazos en sus bolsas. Es aun mas casualidad una señora nacida en Salcedo hace 85 años sea tu abuela y se encargue de comprarte y hacerte comer cantidades de Doritos que podrían sepultar a un rinoceronte mediano. Es menos casualidad que esto te lleve a alcanzar la nada desdeñable cifra de 84 kg con 13 años. Tampoco es demasiada casualidad que esto limite en cierta medida tus relaciones sociales, mientra unos se liaban con chicas yo me quedaba tirado en una cabina en Vistarreal..pero esa es otra historia, tendrían chicas pero mi Blastoise nivel 100 era un objeto de deseo. Lo que si es algo mas de casualidad es que un tal Nando se fije en mi y comience a hablar conmigo. Empieza a ser menos casualidad cuando ve algo en ti y te ofrece ser monitor....Lo que es una gran ironía de la vida es que, al niño de una pequeña familia de un solo hermano, el invento de un Asperger japones, envuelto en la comida de un farmaceutico americano, supervisado por una hija de las tierras asturianas, le llevase a ser monitor en un centro juvenil y le regalase dos hermanos más, parecidos pero muy distintos.

Espero que por tu cabeza ahora mismo pasen comentarios como "Diooos que genio" "Madre mia hazte guionista" o "En serio Crepusculo se vende y a este tio no le publican?" ademas de "Y tanto lio para esto capuyo?Era necesario?" Pues si tio si, era necesario porque de esta forma me pondré blando y sensible sin que parezca el fotolog de una niña de diez años jurando amor eterno a sus MAPS.

Este blog en concreto va dedicado a  la persona más identica a mi (siendo el mucho mas guapo y alto) que he encontrado. A una de las personas mas quejicas que conozco pero no cualquier quejica, quejica con estilo y gracia como debe ser. A la persona de genero masculino que mas veces ha compartido cama conmigo...(dejemoslo ahi, no hablo de mi vida privada). A la persona que creo conmigo la "Moqueta" y más tarde fue Co-fundador del glorioso Dinamo Queta. A la persona con la que mas bromas he intercambiado y con la que mas temas serios he podido tratar. A la persona mas fucker que conozco aunque no quiera verlo. A la persona que sabe lo que pienso de algo solo mirandome. A una de esas personas que si te ve con el ánimo bajo te lo levanta...y a veces tambien te anima "kakaka" :l. A una de esas personas compañeras de dolor y gloria en Santiago. Lo de fucker ya lo he dicho no? A mi hermano de éxitos, fracasos y malas suertes. A la persona que, junto a una nueva generación de guapos y amables monitores, ha traido una nueva edad de oro a nuestro centro. A una de esas personas con las que, porque no decirlo, te bañarias desnudo en una piscina de Salamanca a las 5 de la mañana. A una de esas personas que vale la pena ver y conocer, que te hacen la vida mejor.A una persona que algunos llaman gemelo, otros Compte, otros Carlos...yo le llamo Cari jaja. A una de esas personas que siempre le deseas lo mejor porque siempre será menos de lo que se merece. A la persona que mas me ha insistido en ver una de mis canciones....y por eso te dejo hoy un regalo y un deseo:

El regalo, una parte de mi última canción:


"Que si me mandas razones, veo ilusiones.
Si me regalas enfados, compro perdones.
Que cuando cierro los ojos
Solo me viene tu olor.

Huele a ti, huele a tus besos
Siento tu frio en los huesos
Siempre fui ese niño idiota
De pocas luces y la voz rota.

Después de una vida en la que buscaba
Medias naranjas…descubrí
que eras tu mi medio limón
de los que escuecen pero gustan en el fondo
de mi corazón."

El deseo, que te salga todo bien y que busquemos lo que busquemos encontremos siempre...

domingo, 11 de noviembre de 2012

Los mundos de gulliver

Con el alma rota.
Jode empezar por el final verdad? Pero tenemos costumbre de hacerlo. A pensar en lo que creemos que es y será aunque la caguemos.Vivimos deprisa y corriendo con la ilusión de que si pasa algo el tiempo se detendrá, suenas estupido pero de verdad lo pensamos...os dejo una pregunta dificil:
 -¿Sabeis que es un violín?-
Partamos de la base de que si. Hay violines de muchos tipos: 3/4, 4/4 de muchos tipos de madera, con distintos barnices...un mundo.
Cada violín tiene muchas partes, todos las conocemos ...¿No?
El mastil con final el voluta, las escotaduras, el cordal, los calados, el diapasón, las clavijas, las bonitas tapas de madera...pero volvemos a empezar por el final, a mi siempre me ha llamado la atención una parte. Hablo de una pequeña pieza de madera que ni se ve que se coloca entre las tapas, la verdad a simple vista es bastante fea pero proporciona solidez al puente para que resista las tensiones a las que se le somete. Un violín sin clavija sonará, tambien sin voluta pero esta pieza se llama alma y nunca sacarás música con el alma rota.


sábado, 3 de noviembre de 2012

Un club, una lucha.

Hoy me limito a copiar, es decir, a hacer lo que todo el mundo hace el 97% del tiempo en twitter mientras se creen magos, poetas y genios, el despertar será duro os aviso ya.
Hoy me limito a copiar el gran discurso de Tyler en El club de la lucha. No explicaré nada hoy, el que tenga oidos que oiga y el que tenga ojos que lea:

"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados."

jueves, 1 de noviembre de 2012

20 monedas de plata

Antes de nada perdón.
Perdón por el desorden que vas...o al menos intentarás leer. Yo entiendo, conozco y reconozco cada colocación y palabra pero no me pararé a ordenarlas.
Dicho esto pedir perdón.
Perdón por el tocho que te vas...o al menos intentarás leer. Esto es el fruto de 20 años de Julián y unos cuantos menos de Julo.

El primer acto va sobre la verguenza. Lo empezaré con una afirmación copiada y pegada de wikipedia:

"Lemuria constituiría un gigantesco continente, anterior a África y a la Atlantida, que habría sido destruido por efecto de terremotos y fuegos subterráneos, y sumergido en el fondo del océano hace algunas decenas de miles de años, dejando sólo como recuerdo suyo varios picos de sus más altas montañas, que ahora son otras tantas islas."

Que? Que te parece? Una estupidez no? Seguramente a Philip Lutley Sclater no le haría nunguna gracia que pensaras eso. Philip Lutley Sclater, te suena ¿No?....que coño te va a sonar si no me suena casi a mi y estoy escribiendo sobre el...dilo hombre, un poquito de sinceridad, si no te suena te cuento un poco de él y te ahorro buscarlo en google. Resulta que como has averiguado, Sherlock, defendía la teoría que os he puesto arriba...y no te hablo de hace 31232324325547657 años...esto es siglo XIX (19 para los espabilados).

El caso es que aqui el amigo tenía todo tipo de indicios para defender eso, y claro, los indicios dan ilusiones y las ilusiones mueven el mundo. Lo curioso es que llega un dia en que alguien, con buena o mala intención, le dice: "Campeón, que no, que te has columpiado" y es aqui donde en un magnifico giro retomo mi tema inicial: la verguenza.

Porque a este señor le dieron palmaditas en la espalda y le dijeron "Pero si lo importante es lo que has trabajado" todo ello cosas que a este señor se la soplaba (perdón por mi vulgaridad) bastante. Porque lo que sentia Don Philip era la verguenza del que se autojuzga, del que se sabe equivocado. Para que os hagais una idea me refiero a convivir de por vida con esa sensación que te viene cuando recuerdas el dia que llamaste mama a una profesora o cuando te declaraste sin querer en la mierda del messenger por que te equivocaste de conversación, esos pensamientos que te asaltan la cabeza y los bloqueas directamente por no sentir...la verguenza. Porque aunque tuvieras razones, tuvieras motivos y, aun mas, aunque tuvieras el valor de tomar decisiones...te equivocaste. Y todo lo que siempre defendiste, aquello a lo que dedicaste tu vida, todo por lo que habrías renunciado a ella se desvanece. Pero para empeorar la situación volverás a las ilusiones que mueven el mundo que por suerte o por desgracia, no se van. En ese preciso momento es cuando lo que fue tu aliento pasa, en un segundo, a ser tu tormento. Pasa en un instante a ser algo que siempre irá contigo, como un eterno castigo, en el que arrastrarás tu vergueza revivida cada dia por tu ilusión.

Y es que hasta Julio Cesar...el romano no el portero pronunció estas últimas palabras al ser asesinado: "Eh tu Brute" refiriendo a su hijo no legitimo al que dió todo y se convirtió en uno de los puñales que le quitaron la vida. Sus últimas palabras pudieron ser un silencio, un "tu puta madre" o un "Apagarme el gas que me lo he dejado prendido" pero no. Decidio que su último aliento fuese para expresar su verguenza, la verguenza del equivocado, del tonto, del que se sabe necio y traicionado, del que entiende que no valió de nada.

Y con esto llegamos al final del primer acto, nadie dijo que fuese facil amigos.

El segundo acto va de estupidez aunque sea una continuación de lo anterior.
Recuerdo perfectamente un fragmento del amiguete Garcia Márquez en sus 100 años de soledad:

"Al ser destapado por el gigante, el cofre dejó escapar un aliento glacial. Dentro sólo había un enorme bloque transparente, con infinitas agujas internas en las cuales se despedazaba en estrellas de colores la claridad del crepúsculo. Desconcertado, sabiendo que los niños esperaban una explicación inmediata, José Arcadio Buendía se atrevió a murmurar:
-Es el diamante más grande del mundo.
-No -corrigió el gitano-. Es hielo.
José Arcadio Buendía, sin entender, extendió la mano hacia el témpano, pero el gigante se la apartó. "Cinco reales más para tocarlo", dijo. José Arcadio Buendía los pagó, y entonces puso la mano sobre el hielo, y la mantuvo puesta por varios minutos, mientras el corazón se le hinchaba de temor y de júbilo al contacto del misterio. Sin saber qué decir, pagó otros diez reales para que sus hijos vivieran la prodigiosa experiencia. El pequeño José Arcadio se negó a tocarlo. Aureliano, en cambio, dio un paso hacia adelante, puso la mano y la retiró en el acto. "Está hirviendo", exclamó asustado. Pero su padre no le prestó atención. Embriagado por la evidencia del prodigio, en aquel momento se olvidó de la frustración de sus empresas delirantes y del cuerpo de Melquíades abandonado al apetito de los calamares. Pagó otros cinco reales, y con la mano puesta en el témpano, como expresando un testimonio sobre el texto sagrado, exclamó:
-Este es el gran invento de nuestro tiempo."

Pensarás:Y que me quieres decir con esto genio? Pues no lo tengo muy claro la verdad, pero es un fragmento que me ronda la cabeza hace un tiempo.
Podemos tener mil razones, un millón de argumentos, pero como encontremos un indicio, uno solo, nos obcecaremos como burro siguiendo la zanahoria en el palo, y segurimos hacia delante ignorando todas las alarmas que sonaban en nuestra cabeza. Esto es algo grandioso y a la vez catastrofico en nuestra historia. Danos una ilusión y moveremos montañas.

Ahora llega el momento en que me llamas friki aunque a estas alturas igual no es lo peor que me has llamado. Tendemos a pensar que todo mejorará con el tiempo...cuando esto es directamente contrario a la segunda ley de la termodinámica. El desorden del mundo tiende siempre a aumentar y nosotros, ilusos, esperamos que el tiempo lo arregle todo...pero claro, Philip Lutley Sclater también tenía seguro y demostrado que Lemúria habia sido un pepino de continente con mil pruebas que lo avalaban y...es ahí cuando nace la ilusión y...bueno, volveríamos a empezar.

Queda poco Champion ya acabamos, perdón de nuevo por este caos pero es mi cabeza, nunca te fies de ella.

Y el tercer acto es, en un alarde de imaginación, la sobera estupidez.

¿Que tiene que ver con el volver a empezar? Pues lo que a mi me apetezca que para algo es mi blog...Pero bueno, lo que iba a contar es que hace unos dias se me desconfiguró el teclado del PC. No funcionaba ningun botón y en la pantalla solo brotaba un mensaje "Presione cualquier tecla para continuar"...a ver, vamos a tranquilizarnos...como cojones pulso una tecla??. La solución fue clara, reinicié y al encenderse todo funcionaba...porque todo en la vida es volver a empezar (ahi tienes el hilo, los clavo señores) y empezar que, por arte de magia, todo funcione.

Para terminar os regalo la última ironía: Wolfang Amadeus Mozart murió mientras componía su "Misa Requiem"...para que todo salga al reves, basta con pensar que lo tienes controlado.


martes, 30 de octubre de 2012

Que nos podemos olvidar

Que el amor puro libera
y la mentira envenena
que como decia mi madre
bailando todo se arregla.

jueves, 25 de octubre de 2012

Es mi balón y si no quiero no juegas

Esto no es mas que una serie de frases que en algun momento me han asaltado como verdad absoluta y hoy tengo ganas de decirlo:

1. Lo que dice Discovery Channel solo puede ser negado por la primera potencia de las verdades, mi madre.
2. En "Angelito sin alas" dice teta, está claro, no lo nieges.
3. Que "no me de tiempo a estudiar" no significa que no me de tiempo a ver Twitter, el periodico, echar una play, ...
4. Saber que hago lo correcto no siempre me hace sentir bien, saber que hago lo correcto da mas disgustos que alegrías.
5. El tamaño de la ficha es directamente proporcional al nivel de caritas sonrientes y guiños en la conversación.
6. Puedo encontrar una canción para cada momento, podría tener banda sonora original.
7. En el caso de que, tu buen gusto, te haga ver que el nivel de caritas sonrientes y guiños excede lo estéticamente corriente puedes anularlo y compensar con los jajajaja necesarios.
8. Me da miedo la gente que dice que no se arrepiente de nada...no se si eso es bueno o malo.
9. Eres un fucker, si tu idiota que se que lo estás leyendo.
10. Ojala fuera yo la mitad, idiota.
11. Y deja de sonreir ya, capuyo.
12. Siempre daré gracias de menos y molestaré de más.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Rayden

Guarda el traje del domingo, el maquillaje de los viernes
y sal a comerte el mundo, se entiende
que somos otra gente corriente, llámanos resultones,
los perdedores que se enamoran de las emociones.
Olvida lo vivido y recuerda lo viviente,
diferente del orgullo, del amor propio herido.
El pasado ya huido, el esperado está ausente
pero el presente es tuyo.

martes, 23 de octubre de 2012

El humo viene y va.

Como ya dije ayer, esta ironía venia en dos tomos:

Este tal Pablo Picasso resulta que creció y se echo novia, Fernande Olivier para ser exactos. Nada mas y nada menos que siete años que se dice pronto. Hasta aqui nada increible. ¿Y la moraleja vital? ¿Y la historia real curiosa?...no hay mas solo eso........

....
....

Claro que hay historia curiosa, pero me encanta hacerme de rogar. Despues de esta pausa dramática continuaré diciendo que aunque esta jovenzuela quería a Pablo (aunque Pablo no tanto a ella) no le molaba un pelo los retratos que hacía sobre ella:

¿Parece comprensible, no?...ya dije que el cubismo no es santo de mi devoción pero bueno, tan mal no estaba. Me pierdo, resulta que dicha mujerse cansó de nuestro célebre pintor, utilizando sus mismas palabras  dijo: "Ahi te quedas con tu mierda cuadros tarado que no valen ni pah tomar por culo" todo ello con acento frances...vale igual no eran esas las palabras pero me parecen apropiadas.

Poniendome serio, como único recuerdo se llevo un espejo en forma de corazón y todos sus pensamientos....murió 54 años despues en la pobreza recibiendo únicamente una minima pension del artista...tras morir "esos feos retratos" se vendieron por 800.000 $...y es que desde siempre me ha molestado la gente que dice "Eso es feo", cambialo por "No me gusta" porque nunca sabes cuando la vida te hará tragarte palabras o si ni siquiera te dará esa oportunidad. Seamos un poco de luz y apoyemos a los demás cuando no confiemos ni en nosotros mismos.

lunes, 22 de octubre de 2012

Humo

Quería continuar hablando de las ironias de la vida. Esta en concreto va dividida en dos partes sobre la vida de un mismo personaje:

Pablo Diego José Francisco....¿Te suena?
Te doy mas pistas: Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz...¿Todavia nada no?
Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso..¿Ahora si no?

Picasso si señor, además de un coche resulta ser un pintor y creador del cubismo. Personalmente no soy un amante del cubismo aunque si de sus etapas rosa y azul pero estos no es de lo que quería hablar.

Resulta que este señor de boina calada y cara amable no nacio por Malaga en 1881...y digo no nacio porque salio del vientre de su madre muerto. No queria respirar, se negaba a llorar. Fue su tio quien inspiro el humo de su puro y exhalo la bocanada de humo en la cara de su sobrino. En esta ocasión la bocanada fue de vida para los pulmones de un Pablo que nacio 6 minutos despues de salir de las entrañas de su madre.

El señor Picasso murió 91 años despues en Francia, bastante feliz y siendo considerado uno de los mayores genios y artistas de su siglo...todo gracias a que la vida le tiro humo en la cara...y es que eso de que lo que no te mata te hace mas fuerte aunque tópico no es falso y eso de que de todo se aprende es algo que no se olvida asi que, echarme humo y a ver que pasa...lo dicho, me matan las ironías de la vida.


miércoles, 17 de octubre de 2012

Hall of fame

Os dejo una canción que no puedo sacarme de la cabeza.
Atentos a la letra, brutal:


You'll be on the way of the hall of fame...
Esta también lleva esa dedicatoria, serás lo que creas y quieras ser =)

Todo

Dame que aun te queda...


martes, 16 de octubre de 2012

Regalo

Estó es un regalo:

Un regalo a los que dicen que todo tiempo pasado fue mejor, hubo momentos geniales y horribles, celebra los dos porque ambos te enseñaron algo sobre la vida.
Un regalo para toda esa gente preciosa que se dedica a decirse que no lo es.
Un regalo simplemente para todo aquel que necesite animarse.
Quitate el miedo al ridículo y todo fluye:

                                                        4º e.s.o